Pixar, esa gran creadora de películas de animación infantiles que han dejado huella en una generación entera. ¿Quién no ha visto alguna de estas pelis y se ha convertido en una de sus favoritas? Visto con una mirada infantil, estas películas no encierran grandes misterios. Finales felices y todos contentos. Pero estas películas se hacen desde el punto de vista de unos adultos, que desde luego saben camuflar a la perfección todos los matices no infantiles que han ido incorporando a la trama de sus animaciones. Algo que cuando vimos de pequeños no descubrimos y que nuestros progenitores desde luego, debieron de pillar a la primera.

Tomemos el caso de ‘Buscando a Nemo’, una de las películas de Pixar más avaladas por la crítica, y uno de las favoritas del público infantil y también adulto (me incluyo en el saco). La sinopsis para los niños sería algo así:

Nemo, es un pequeño pececito que vive con su padre Marlim en el gran océano. Un día, en una excursión de la escuela, Nemo es secuestrado por unos malvados buceadores que lo llevan a la pecera de un dentista. Allí conoce a otros pececitos, pero echa de menos a su papá. Marlim, el papá de Nemo, un valiente pez payaso, va en busca de su hijo acompañado de una pececita olvidadiza llamado Dory. Juntos, vivirán grandes aventuras y conocerán a grandes amigos.

Ahora hagamos un resumen para adultos:

Nemo es la cría de un pez payaso llamado Marlim. Tras sufrir un accidente cuando aún estaba dentro del huevo, Nemo tiene una aleta deforme que le impide nadar bien. Su padre protector, le recuerda cada dos por tres que no puede nadar bien por su discapacidad. En el colegio, los padres de los otros peces se burlan de Marlim y le obligan a contar chistes porque claro, es un pez payaso. Como Nemo no hace caso a su padre, un día lo cogen unos buceadores que lo llevan a una pecera en la que vivirá con otros peces de distintas clases. Su padre, intenta rescatarlo, porque claro es un hombre valiente y al que no le da miedo nada. Se encuentra con Dory, una pececita tonta que se olvida de las cosas, sin instinto maternal, y a la que Marlim debe de cuidar durante toda la película, y salvarla en varias ocasiones de la cruel cadena alimenticia. Grandes aventuras, como un viaje con tortugas reggae y sesiones con tiburones similares a una reunión de Alcohólicos Anónimos, les esperan bajo del mar.

 Sí, suena horrible. Desde luego mejor nos quedamos con el resumen para niños. Pero analicemos algunas escenas que se pueden ver en la película, y como el trasfondo adulto pasa inadvertido para los más pequeños.

La familia

La familia es, quizás, uno de los más importantes en esta película. Tras la trágica y brutal muerte de Coral, la madre del futuro Nemo, Marlim se convierte en un pez viudo a cargo del único hijo que ha sobrevivido. Este asume pues, el rol de padre y de madre al mismo tiempo. Quién sabe por qué, pero Marlim parece ser un poco desastre. Supongo que el que sea hombre y que no haya ninguna mujer en la familia no debe de ser la causa. No le busquemos tres pies al gato…

El instinto maternal

El instinto maternal recaería sobre la figura femenina más importante de la película. En este caso, sería Dory. Sin embargo, Dory es una pececita olvidadiza, sin ataduras familiares (hasta que llegó ‘Buscando a Dory’) y bastante independiente. Pero todo esto cambia, porque una vez entra la figura masculina de Marlim, Dory, que siempre ha podido sobrevivir sola, debe de ser rescatada continuamente.

Violencia de género

Y qué decir, roles aparte, del momento 016. Una escena en la que un grupo de pescaditos, le preguntan a Dory, si el pez que le persigue le está molestando. Ella dice que no, que es un buen tipo. Se representa así, de forma fugaz, un tema de violencia de género. Está claro, que no explícitamente, y que, además, en ningún momento Marlim es un acosador. Y no es que me esté yendo por las ramas, si uno se para a pensarlo, se está representando un problema de nuestra sociedad que es el acoso a la mujer. Algo que por supuesto, los niños no deben de saber y que camuflan con peces plateados que hacen señales “luminosas” para indicar el camino a la parejita intrépida.

¿Te he fastidiado la película? Sí, es probable. Mirar de forma crítica lo que nos vendieron en la infancia puede hacerle daño al pequeño niño o niña que llevamos dentro. La moraleja de esta película es que quien te quiere, te busca. Pero, a pesar de su final feliz, es una buena forma de educar a los pequeños y enseñarles que la vida no siempre es justa, que la gente sufre accidentes, que no todos somos iguales, que las enfermedades se pueden superar y que siempre hay que “seguir nadando” (aparte de ser un gran método para aprender el idioma balleno) . Pero bromas y estudios aparte, ‘Buscando a Nemo’ es y será una de las mejores películas de Pixar y una de las favoritas para adultos y niños.

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