Atomic Art 2020: la fecha que todos estábamos esperando

Grupo: Club del Río + J. Lloris
Sala: Casa de la Mar

El pasado viernes 13 y sábado 14, tuvo lugar la cuarta edición del Atomic Art, un festival multicultural que se dio a conocer allá por el año 2017, y que ya es un imprescindible en la agenda de todos los amantes de la ilustración y la música. En él, ambas disciplinas se funden en un solo espacio para darle voz al talento emergente en València, en esta ocasión, con el objetivo de homenajear la vida y obra del maestro Antonio Vega.

El lugar elegido, no fue ni más ni menos que la archiconocida Casa de la Mar, un espacio junto a la playa de la Patacona que a muchos ya les resultará más que familiar. Allí nos reunimos todos: los chicos de Club del Río llegados desde Madrid, el joven artista J. Lloris y su guitarra, un tropel de personas dispuestas a pasar una velada excepcional, el equipo de Redacción Atómica, y como no, las encargadas de darle al festival su vertiente artística: Carla Grisaceos, Carmen Frontera, Eli Martínez, Lucía Vilar, Mar Espinosa, Nastiplastic, Soy Cardo y Victoria Herranz.

A las 20:00 del viernes empezó el primer concierto de la noche, y el valenciano J. Lloris nos hizo calentar motores subiéndose al escenario para poner a todo el mundo dando palmas con su indie rock tan auténtico.

La segunda actuación en directo la ofrecieron los esperadísimos Club del Río, una banda con alma rockera formada por el típico grupito de amigos de toda la vida, que tras haber crecido y aprendido juntos, han sabido posicionarse como referentes en el sector con sus ritmos alegres y pegadizos. En su repertorio, temas propios como “La Sed” o “Somos uno”. Con Antonio Vega como hilo conductor, los madrileños también versionaron algunas de sus canciones. El concierto fue un éxito rotundo, y cuando cantaron la última, el público no estaba dispuesto a que la fiesta se diese por terminada. “Otra, otra, otra…” Un mantra que empezó como un murmullo, pero que pronto se convirtió en un grito, empezó a atronar por cada rincón de La Casa de la Mar. La banda madrileña, que se debe a su público y que en el escenario se mueve como pez en el agua, no tuvo más remedio que ceder ante las exigencias de su público.

El panorama era el siguiente: los asistentes disfrutando de la velada, cada grupito sentado en su mesa tomándose unas cervezas y echándose unas risas, y Club del Río haciéndonos corear sus melodías mientras compartía escenario con la ilustradora Eli Martínez. Así es, la artista valenciana también tuvo su lugar on stage. Y es que el carácter multidisciplinar del Atomic Art es eso, igual disfrutas de la música, que eres capaz de presenciar en rigurosos directo, a través de las pantallas, cómo una artista de la talla de Eli dibuja una de sus obras que tanto nos gustan.

Con esta atmósfera, casi parecía que el coronavirus nunca hubiese aparecido en nuestros telediarios, y nos encontrábamos en uno de esos conciertos a los que solíamos acudir. Digo casi, porque pese a todo, las normas de seguridad estaban muy presentes. Esa misma semana se ordenó que el aforo de este tipo de locales debería reducirse al 50%, frente al 70% que sí se permitía en un principio. Desde Redacción Atómica decidimos ponernos manos a la obra, y lo resolvimos celebrando otra sesión el sábado por la mañana para no dejar a nadie sin su dosis de cultura segura. ¿El resultado? Una excusa más para juntarnos en familia y volver a disfrutar de todo aquello.

La celebración fue, en suma, un encuentro cargado de energía y ganas de pasarlo bien. El Atomic Art se alza en su cuarta edición como una apuesta segura que no deja a nadie indiferente. Sigue decantándose por los talentos emergentes, no abandona el arte, reconoce el poder de la música, y sabe articularlo para que se lleve a cabo de una forma segura. Si con esto no te convence, es hora de revisar tus prioridades. Nosotros seguiremos al pie del cañón, dispuestos a acoger a todos aquellos que quieran rodearse de la mejor compañía una vez más.