Grupo: Sr. Chinarro
Sala: Auditorio Joan Plaça

Un año más Andsons Producciones inaugura la primavera con el ciclo anual Sons al Botànic, una encantadora propuesta que este año cumple cinco años de andadura y que aúna buena música y exquisita flora en un marco de naturaleza incomparable. El encargado para estrenar esta temporada, en la que se encuentran distinguidos nombres como Badlands o Senior i el Cor Brutal, ha sido el siempre bien recibido Sr. Chinarro.

Inetiquetable por excelencia el sevillano ha sabido madurar su carrera musical de la mejor de las maneras. Si bien existe cierta nostalgia generalizada entre sus oyentes por aquel críptico Chinarro de los primeros discos, la realidad es que la adición de alegría pop y el buen humor añade sus últimos trabajos ha sido suficiente para revitalizar una trayectoria que se aproxima a cumplir la treintena.

Referencia patria en un circuito underground donde ha sabido impregnar su trabajo con una personalidad propia hasta convertir en auténticas maravillas líricas lo que desde una perspectiva simplista podrían ser meras ocurrencias. Con la capacidad de adaptar la realidad a su clasicismo formal en estos locos tiempos locos, cada visita de Antonio Luque a la capital del Turia se perfila arrebatadora.

Pese al pronóstico del sevillano el clima no mostró su cara más amable y la actuación tuvo que ser trasladada al auditorio Joan Plaça, que no tardó en ser rápidamente habitado por los chinarristas. El Cabo de Trafalgar abrió un directo que nos tendría en un estado próximo al embelesamiento durante más de una hora. El Lejano Oeste, la siempre dulce y emotiva Los Ángeles, Esplendor en la Hierba, con un estribillo adicional que sirvió para hacer un guiño al pop, Una Llamada a la Acción y Del Montón fueron algunos de los temas que rasgaron la guitarra de Luque.

Otra de las características que define el proyecto del Sr. Chinarro es su prolífica creatividad. Nos hemos acostumbrado a tener noticias suyas casi anualmente, es por ello por lo que en esta ocasión esperábamos algún adelanto de su nuevo trabajo. Un adelanto que no tuvo cabida en un setlist donde rescató temas antaños como Tímidos y lució otros más actuales, como Quiero hacerlo mejor, enmarcado en su último trabajo Asunción (Mushroom Pillow, 2018).

El formato acústico le favorece especialmente al sevillano, que perennemente esbozó muestras de algarabía entre tema y tema. Uno de los grandes atractivos de sus directos es su tendencia al esparcimiento en los descansos, momentos que sirven para compartir cierta intimidad con el artista e incluso conocer detalles sobre los orígenes de algunas canciones, como en esta ocasión fueron Babieca y San Borondón. El cierre, una retahíla formada por El Alfabeto Morse, María de las Nieves y El Progreso arremolinó las emociones de los espectadores.

Hábitos diferentes y manías eternas conforman a un Antonio Luque que conserva la frescura, que bromea sobre el trap y los influencers y que confirma sin intención que él pertenece a otra esfera, una que se mueve entre el plano de las ideas y la ternura costumbrista. Él, que ironiza sobre la incomprensión existente en torno a si mismo, se mantiene en el espectro de la claridad más meridiana. Hay quien habla de discos al comenzar a hablar de un artista, pero el Sr. Chinarro son canciones, historias y momentos que han contribuido a enorgullecernos de lo que hoy conocemos como indie español. El chinarrismo es prácticamente una corriente filosófica que estuvo presente en nuestros inicios y que nos sobrevivirá, una manera de comprender la vida y la música y de hacer de ellas un arte.

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