De efecto danzableQuique Medina 7 marzo, 2009 Grupo: The Blows + Ctrl+Alt+SuprSala: Wah Wah La guitarra de Decko sonó limpia e impecable (que no lo digo sólo yo: se lo comentó el maestro Ordovás, nada más bajar del escenario, al propio músico). Ctrl+Alt+Supr habían aceptado el reto de ser teloneros de sus antónimos The Blows, pero ello no evitó que dieran el mejor concierto que un servidor les ha visto hasta ahora. Y lo digo porque les acompañó el sonido, el nutrido público (ya a esas horas unas 200 personas) y, sobre todo, su nueva dualidad inglés/castellano (Decko/Luis Alcober). Sin abandonar sus sonidos de pop-rock con tintes góticos (nombrémoslos de nuevo, The Cure), cuando se trasladan al español se convierten, de repente, en unos irónicos deudores del pop independiente (nombrémoslo por primera vez, El Niño Gusano). Vamos, que han enriquecido sus argumentos y que ya aspiran a ser taloneados. Pero fueron teloneros y el título de protagonistas, y las trescientas personas que decoraban la sala así lo señalaban, recayó sobre The Blows. Cuatro jovenzuelos nacidos de las esquirlas punk-pop de los todopoderosos Franz Ferdinand que a estas alturas ya han formado por medio mundo un eléctrico patriarcado; “Sin city lies” y “Disco” valdrían como buenos y bailables ejemplos del legado escocés. En suma, que son de Galicia y, si les quitamos algo de potencia y electrónica, bien pueden erigirse, junto a sus norteños vecinos de We are Standard, en garantes de este ya no tan nuevo indie de calco anglosajón. Y así salieron ellos, modernos en su vestir (flequillos y pitillos) y estruendosos en sus amplis (aunque no se cansaron de pedir más), para arremeter con mucha pose y más de lo mismo desde primera hora. La voz de Roy Basanta, que sin ser mala suena mejor en el disco, se fundió con un bajo a tope de revoluciones, una guitarra expendedora de riffs y, lo mejor, un batería (también a las someras bases electrónicas) que se movió con clase y elegancia; por cierto que el percusionista se llama Álex Pendido y este -así lo anunciaron- fue su último concierto con la banda gallega (pero no con una banda gallega, ya que se traslada a otro proyecto de la tierra). De alto interés y efecto danzable, fue ver sus devaneos con Strokes (“Girls in leather”), su versión de “Boys and Girls” de Blur (nunca falla) y, sobre todo, su manera de evocar, en varios momentos, a los Doors del más prepotente y anestesiado Jim Morrison. Sin duda que subirse a los amplis, los guiños a las guapas fans de las primeras filas y su entrega sin descanso también mantuvieron viva la llama del interés que se hubiera mantenido álgida si le hubieran restado un cuarto de hora a la hora y quince minutos que estuvieron arriba. Fue el concierto final de la gira de Upskirts (su primer disco). Un viaje que, meses atrás les había traído hasta Valencia y en el que el público fue menos de la mitad… Tienen percha y buenos tics, pero les deseo que, por si acaso, hayan disfrutado (y subido alguna falda) la experiencia como si fuera la última vez. PD_Huelga decir que Jesús Ordovás, una vez más, nos hizo mover el esqueleto sin desacanso y apurando los límites que las licencias municipales mandan. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.