Estefanía Mora HernándezDover: El Ministerio del Tiempo 1997Concierto más que previsible del cuarteto que pretende hacer borrón y cuenta nuevaEstefanía Mora Hernández 13 abril, 2015 Grupo: DoverSala: Wah Wah ¿Dover sigue tocando? ¿Cuantos años tienen ya? ¿Qué tocan ahora? Pop? Rock? ¿Es un concierto de los 40principales? ¿Electrónica? ¿Música africana? ¿Danzas del vientre?… Infinitas dudas avasallaron mi cabeza en el momento en el que me enteré que Dover tocaba en Valencia. Y llegó el día: Sábado, 11 de abril. La entrada de Wah Wah con una cola que llegaba hasta la puerta de Matisse, algo que hacía tiempo que no se veía. Con un público de lo más “variopinto”; desde moteros cincuentones con chupa de cuero hasta alguna quinceañera de la Superpop. Durante el tiempo de espera previo a la salida de la banda, ya se percibían las ansias del público por verles. Esas ganas se me contagiaron y un sentimiento de nostalgia y de ganas de ser sorprendida se embriagaron de mí. Este sentimiento duró hasta pasado un minuto y medio de la primera canción que tocaron. Hice un esfuerzo, lo prometo. Pero nada…nada nuevo, el mismo grupo y el mismo concierto que vi hace más diez años en un concierto de fallas en el cauce del río. Eso sí, menos borrachos y con más arrugas. Prácticamente todo el repertorio de la noche fueron sus dos primeros discos. En el momento de “Serenade» y «King George» casi ni se oía la voz de la cantante Cristina Llanos, hoy más de uno seguirá afónico. Esta elección de setlist fue la que hizo que viéramos un concierto de rock, en el que no dejaron ver ni una pincelada de la parte comercial en la que han ido derivando desde que Sony les ficho para su discográfica. Me hubiera apetecido que tiraran por tierra todos mis prejuicios y, que si apostaban por el rock, se hubieran atrevido a introducir algo de sus últimos trabajos «I KA KENÉ” o “Follow the city lights”, aunque hubiese sido de una forma más rockera. Con ganas para algunos y pena para la gran mayoría, les quedaba por tocar su última canción: Devil came to me. ¡Oh, que sorpresón! Si tuviera que ser objetiva, borraría todo lo ya escrito y diría que fue un buen concierto, ya que la mayoría del público salió contento por haber podido escuchar a la banda que un su día no dejó de sonar en las minicadenas de todos, como si siguiéramos en 1997 y el declive de Dover hubiese sido un espejismo. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.