Grupo: Festival Internacional de Benicàssim (Kasabian, Slaves, Years & Years, Declan McKenna, Ron Gallo...)
Sala: Benicàssim (Castellón)

El FIB celebró su última jornada con una afluencia de público más reducida que en la noche del sábado, en la que Red Hot Chili Peppers actuaron en el escenario Las Palmas. El domingo, las caras de los asistentes denotaban fatiga y deformidad, pero tenían por delante el concierto de unos habituales de Benicàssim, que siempre que se dejan caer por la Costa Azahar ponen patas arriba el recinto. Se trata de Kasabian, uno de los tres cabezas de cartel del festival.

Pero para llegar a la noche, primero hay que sobrevivir a la tarde, y una gran mayoría de fibers decidieron hacerlo bajo el amparo de algún toldo en el camping. Probablemente esta era la decisión correcta, ya que recién arrancada la jornada tuvo lugar una de las actuaciones menos atractivas que se recuerdan en el FIB, la de la banda griega Evripidis and His Tragedies en el escenario principal. Algo mejor lo hizo el estadounidense Ron Gallo en el Visa, uniendo el blues y el garage punk al gusto del consumidor. Le llegó minutos después el turno a un Declan McKenna que a sus 18 años ha pasado por festivales como el de Glastonbury o el Rock Werchter. Y demostró por qué atrayendo a una buena cantidad de británicos al escenario Las Palmas. Su indie rock despreocupado cumple con creces, y temas como «Isombard», con el que abrió, o su éxito «Brazil» lo avalaron. El británico, además, completa su música en directo con una actitud destacable, y se acompaña de una banda muy capaz.

Isaac Holman, batería y vocalista de Slaves (Foto: Iván Navarro).

Isaac Holman, batería y vocalista de Slaves (Foto: Iván Navarro).

Después de McKenna, anocheció y de qué manera con el que pronto se convirtió en el concierto más salvaje de los cuatro días de festival. Fue el de Slaves, el dúo formado por Isaac Holman, que canta y aporrea la batería de pie, y Laurie Vincent, que aporrea la guitarra. El desparrame iniciado con «Sockets» no tuvo siquiera un breve respiro, y se sucedieron las «Hey», «Where’s Your Car Debbie?», «Cheer Up London», «Beauty Quest» o «The Hunter» a un ritmo descomunal. Las letras agresivas y los trallazos guitarreros, unidos a la respuesta igualmente agresiva del público, convirtieron el concierto de los de Kent en uno de los momentos memorables de esta edición.

Years & Years, uno de los nombres destacados del cartel dominical, era el próximo en ocupar el Las Palmas, y el trío evidenció ser una de esas propuestas de electro-pop que tanto gustan en Reino Unido y, por ende, al público británico del FIB, pero que no tienen apenas nada que ofrecer en el apartado musical. Entre la discomóvil y el karaoke, Olly Alexander se ganó a los entregados asistentes. La actuación concluyó con la famosa «King», y algunos agradecieron que se apagaran las luces.

Tom Meighan durante el concierto de Kasabian (Foto: Iván Navarro).

Tom Meighan durante el concierto de Kasabian (Foto: Iván Navarro).

Claro que se apagaron momentáneamente, porque unos cuarenta minutos después daba comienzo el concierto del cabeza de cartel del día, Kasabian. Los de Leicester son un valor seguro en el FIB, y tres años después de capitanear el festival tras la publicación de 48:13, la noche del domingo hicieron lo propio y visitaron Benicàssim tras haber publicado For Crying Out Loud hace algunas semanas. De hecho abrieron con «Ill Ray (The King)», primer tema del último álbum. El repaso a este sexto disco contó también con «You’re In Love With a Psycho», «Comeback Kid», «Bless This Acid House» y «Put Your Life On It». Pero Meighan y Pizzorno rescataron, como siempre, éxitos de todos sus álbumes, como «Club Foot», «L.S.F.», «Underdog», «Shoot The Runner», «Re-Wired», «Vlad The Impaler» o «Fire», en un concierto tan previsible como potente. Tan potente que, una vez terminado, no quedaban fuerzas para ver a Crystal Fighters.

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