Gracias, Mr. Green

Grupo: Low Cost Festival (Sábado)
Sala: Parque L´Aigüera (Benidorm)

Después de la más que discreta velada del viernes, musicalmente hablando, la del sábado se antojaba como la oportunidad de revertir la situación de cierto desasosiego o de confirmar que realmente se trataba de un evento de baja alcurnia, pese a los nombres que pudiera albergar en su luminoso. Afortunadamente un neoyorquino tarado vino para arreglar el destartalado conflicto de intereses creado entre las pretensiones económicas de la organización y la lógica horaria en función de la envergadura de las bandas. A él llegaremos en breve.

Antes, en la cruel localización y disposición del escenario XTI, los alicantinos The Grave Yatch Club nos enseñaron un buen puñado de canciones, sin mayores compromisos, con un marcado aire Americana practicado por las ineludibles referencias de Wilco o The Jayhawks. Algo de frescura y rock and roll celebrado por algunos incondicionales que habían hecho el desplazamiento. Al parecer no era un bolo cualquiera: cerraba gira, quizá un ciclo y se depedía a su bajista…Se notó en sus vestimentas y en su entrega. Reconfortante comienzo de jornada.

Y quedándonos en sonidos folk, con raíces algo anteriores pero siguiendo con las camisas de cuadros, vimos por segunda vez en un mes a Hola a Todo El Mundo. Después de la fiesta Vinilo Valencia organizada en Wah Wah el pasado junio, nos sedujo la idea de asistir a cielo abierto al setlist de los madrileños.

No decepcionó, todo lo contrario. Ari tiene una gran voz y los temas fueron coreados por un más que interesante número de asistentes, recompensando con creces el recorrido desde el pueblo extremeño de Alburquerque donde habían tocado la noche anterior. Algo distinto (a lo actual, no nos engañemos) que aunque ahora suena fresco podría dejarlos demasiado encasillados en función de lo que hagan en su próximo trabajo. Estaremos atentos.

En buena línea siguen los valencianos Polock, con un directo muy rodado en los últimos meses y un pequeño gran repertorio que, aunque cubre necesidades ampliamente, necesitará nuevos alicientes en próximas citas.

Iván Ferreiro comenzó tarde y lo hizo con la formación que le viene siguiendo desde que comenzara su aventura en solitario hace ahora un lustro. Aunque obviamente no es el mismo que firmó algunas de las composiciones notables de los últimos años en el pop español con (Los) Piratas, sigue transmitiendo, quizá a veces de forma demasiado barroca, esa urgencia y el ímpetu por vivir los sentimientos, cualquiera que sea su naturaleza y procedencia. Notable actuación.

Entre medias -me cuenta mi compañero Quique Medina-, los vallisoletanos Arizona Baby ponían patas arriba el pequeño escenario Jack Daniels. El directo de los barbudos fue un ciclón y, si es por el entregado público, aquellos aún están atizando sus instrumentos. Rock y blues acelerado y acelerante, parece que me perdí algo bueno. Malditas coincidencias en el cartel.

Allí nos quedamos para la gran esperanza de la noche, Adam Green. Qué personaje. Su aparición fue por fin ese momento cumbre que nos sobrepasó a todos, escaso centenar al principio, algo más de mil al final. Crowd surfing desde el segundo o tercer tema, completamente ebrio, brillante vocalmente y con arritmia aguda. Se probó varios sombreros, camisas, cualquier cosa que le echaran desde las primeras filas. Aunque también tenga gran parte de cierto, el neoyorquino sabe muy bien que sus canciones son tan sencillas como inalcanzables. No sabemos si nos toma el pelo o realmente es un genio de tal calaña, y tal duda estoy seguro de que lo acerca más a lo segundo. El miembro perdido del Rat Pack. “Bluebirds”, “Friends of mine”, “Drugs”, “Morning after Nidnight”, “Goblin”…. y “Jessica” como apoteosis final. Gracias crooner, de verdad.

Fuimos testigos de 1990's (¿?) y de Right Ons desde la distancia, aún con las tonadillas del americano en la cabeza y la garganta.

Lori Meyers y Placebo los dejé para los miles que se sintieran in the mood, estoy seguro de que cumplieron, aunque eso me lo tendréis que contar.