Holy Fuck+Jupiter Lion: Una cosa es danzar y otra, emocionarseAndrés Verdeguer 7 octubre, 2014 Grupo: Jupiter Lion + Holy FuckSala: La Cambra de La Rambleta A veces pasa que los teloneros no son simples teloneros y un concierto a dos bandas se convierte en un dura pugna sónica y sentimental. Es pertinente dejar caer pregunta antes que asentir y danzar por el mero hecho de danzar. Y es que pese a toda la carga electrónica que se derrochó en este martes con sabor a jueves en la sexta planta de La Rambleta, esa obligación que se le supone a la música, el ruido –nunca mejor dicho– en consonancia, orden y concierto, también aspira a provocar emociones más allá de la constante agitación. Antojo de batalla. De a ver quién mas. No eran los Jupiter Lion un simple entrante al concierto de los canadienses Holy Fuck. Compitieron en sensaciones. Si unos agitaron sobre manera al personal –algo más de 200 aficionados, una buena entrada teniendo en cuenta tan arriesgada propuesta–, otros arañaron más en lo emotivo sin restar rotundidad. Contundente naturalidad la de los valencianos Jupiter Lion. Ellos fueron los que conmovieron por demás con un propuesta arrebatadora. Solemne batería la de Xavi Chardi, fundamento primordial y primer elemento que sugestiona cuando aquello empieza a sonar. Luego la maquinaria de Vicente Sais quiebra y requiebra aquello hasta la extenuación. Pero por fin acabas dándote cuenta que es en realidad el bajo de José Guerrero quien en realidad gobierna todo el sonido, que es un imperio sin artificios de más. Así se presentó su segundo largo, 'Brighter' (BCore, 2014), y su concierto alcanzó momentos de entrega e hipnotismo tal que aquello parecía la novedosa llegada del post-punk a València, sobre todo cuando Guerrero, además, profería palabras o aullidos al micro. Entre tanto, pellizcos de un auténtico repoker de padres del rock de los últimos 40 años. La casi una hora se hizo corta. Sin duda, La Cambra de La Rambleta superó una nueva prueba de decibelios con nota. Los canadienses Holy Fuck presentaron amplio arsenal de máquinas y cables. Hora y algo como un tiro, más bises tal vez ya demasiado. Pero toda la intensidad de su propuesta puso la sala en imparable danza. Su obra, con la última referencia, 'Latin', en 2010, está más que preparada para ser consumida a grandes dosis. Es una llamada al baile más que a las emociones. Ritmos y repeticiones en constante crecimiento. Su carga épica no se puede excusar. Como tampoco pueden negar que son paisanos de Arcade Fire y tienen arranques y puentes de clara influencia y gran efecto. Tanto que allí nadie se dio tregua hasta que el concierto no llegó a su final. Retomar el pulso al bis ya no fue tan fácil. Las sensaciones al final eran de un enorme derroche de energia, que hacía falta. Es lo que buscaba la mayoría. Para eso toda la electricidad de los de Toronto. Aunque lo difícil, tal vez, sea adobar con un ligero toque rock esa electrónica y alcanzar mayor profundidad. Eso lo lograron Jupiter Lion. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.