Las Tres Tormentas sobre el Palau de la Música

Grupo: Tórtel
Sala: Palau de la Música

Son las 20:30 del último y caluroso jueves de junio en Valencia. Hace ya rato que ha abierto la taquilla del Palau de la Música para ultimar su venta de entradas. El equipo de Redacción Atómica espera impaciente a coger un buen sitio en el patio de butacas junto con el resto de acreditados de prensa que acuden por lista. Miro a mi alrededor y veo que somos bastantes, a escasos diez minutos del inicio del concierto nos conducen a todos hasta la sala Joaquín Rodrigo y uno a uno, tras decir nuestro nombre a modo de palabras mágicas, abrimos nuestro paso al auditorio. 

La sala tiene unas dimensiones bastante reducidas, con una platea cubierta de butacas, ocupamos el centro de la fila once. Más hacia delante está reservado para los seguidores. El escenario, pensado para otro tipo de conciertos, también es pequeño, pero más que suficiente para los cuatro miembros de la banda que acaba de entrar. El aforo está casi al completo.

Seguidamente, se atenúan las luces y con ellas el murmullo del público. 

Son las 21:00 y con una sorprendente puntualidad el grupo pisa el escenario. Como si de algo ensayado se tratase, dejan una cerveza en el suelo y un papel de lo que podría ser una “chuleta” del repertorio. 

Observando entre los asistentes, la edad media del público ronda los cuarenta años. Aspecto bohemio y desenfadado. Algunos asisten en pareja, otros con amistades y hay hasta quien asiste solo. El grupo tiene un público fiel. 

El cantante valenciano Jorge Pérez y los demás miembros de Tórtel se reparten sobre el escenario detrás del que se enciende un proyector con imágenes psicodélicas. Esta puesta en escena podía haberse previsto observando los instrumentos, entre los que destaca un sintetizador. 

Mientras afinan la guitarra y el bajo, el cantante saluda al público y comenta lo que ya anunciaba el 13 de junio cuando publicaban su cartel en redes sociales: “Tórtel tocando canciones de estas y otras vidas…” y es que el grupo se dispone a ofrecer al público su último trabajo, “Las Tres Tormentas” y canciones de su repertorio que nunca se habían tocado en directo. Además, aprovecha para promocionarse, mencionando la venta de discos a la salida del concierto. 

En 2012 Tórtel había publicado “Entusiasmo”, un disco fresco con canciones vitalistas e irónicas, con gran aceptación. Dos años después grabó “La Gran Prueba” que destaca por dar un giro en sus matices. Otros álbumes publicados con posterioridad son “En defensa propia” y “Transparente” entre otros. 

Bajo unos potentes focos con tintes de color el grupo comienza a tocar. Arrancan con “El Rey Podrido” como primer tema, perteneciente al álbum “Las Tres Tormentas”. “No puedo dar nada que no esté aquí”, dice en la primera estrofa de la canción, y efectivamente el grupo se entrega dándolo todo, dejando los sentimientos a flor de piel. 

Le siguen temas de sus anteriores discos, tocan “La casa de hojas”, al finalizar la canción Jorge vuelve a dar las gracias a todos por estar allí, introduce uno a uno a los miembros del grupo, así como al encargado del marco de efectos visuales. Presenta “Respira”, dentro del álbum “Transparente”. 

Cerca del ecuador del concierto comienza a sonar “Capa oscura”, durante el estribillo no podemos evitar fijarnos en el particular movimiento de pies del cantante, quien al ritmo del chasquido de sus dedos, aumenta progresivamente su danza hasta acabar dando saltos sobre el escenario. 

Al terminar, extasiado necesita un pequeño descanso y pregunta por la temperatura de la sala, “Los cambios de temperatura por el aire acondicionado desafinan la guitarra” comenta, y el batería pide que muevan un foco que le ciega. Tras un trago de cerveza, ya recuperados prosiguen con temas como“En Defensa Propia” o “Entonces sí”.

La banda cierra su concierto con un tema de su último álbum “Cerdo sorpresa” y agradeciendo enormemente al público su asistencia. Acaba así otro acto dentro del ciclo “Rock, pop…” en el Palau de la Música de Valencia. 

Fotos: María Carbonell (Alquimia Sonora)

Crónica: Paula Real