Grupo: The Pixies, !!!, Dorian, Corizonas, Biznaga...
Sala: Ciudad Deportiva Guillermo Amor

Benidorm, como cada año desde 2008, congrega en un oasis a hipsters e indies patrios, entre tanto desfase anglófono y excursiones del Imserso. Esta edición, que la organización del festival se ha empeñado en tildar de «gigante», es ciertamente una de las más ambiciosas que se recuerdan, con nombres como Pixies, Franz Ferdinand, Mando Diao o The Hives, artistas extremadamente habituales en los carteles nacionales pero que atraen a grandes aglomeraciones de público.
El coste de traer cabezas de cartel tan vistosos, no obstante, es obvio: las monótonas -aunque efectivas- bandas enmarcadas en eso que llaman indie configuran una programación previsible. Así, el Low 2017 comenzó del mismo modo que cualquier otro festival de camisas hawaianas y barbas de concurso: con Full, Corizonas, Dorian, L.A., Varry Brava o La Casa Azul.
Los sevillanos Full, uno de los múltiples refritos de Vetusta Morla, fueron los encargados de abrir el escenario Estrella Damm, y lo hicieron al ritmo de su último «Tercera Guerra Mundial». Corizonas, minutos después, ocuparon el escenario Matusalem. La fusión de Arizona Baby y Los Coronas volvió a mostrarse coja, y quizá confirmó que tener mucha gente en el escenario no necesariamente engrandece el espectáculo. El último trabajo del colectivo, «Nueva Dimensión Vital», fue el eje central de la actuación, con canciones como «La Cuerda Que Nos Dan» o «Todo Va Bien».
Dorian, que volvió a presentar su «Diez Años y Un Día», publicado en 2015, fue del agrado de los asistentes, que siempre se entregan en cuerpo y alma a las melodías y acordes de Marc Gili y los suyos. Posteriormente, el hastío nacional-indie nos impidió acudir a la actuación del mallorquín L.A., y decidimos dedicar ese periodo de tiempo a esperar a los Pixies en la primera fila.
Black Francis saltó al escenario con su traje de chaqueta -sobra mentar el pegajoso calor que se apoderaba a la medianoche de la ciudad-, y los de Boston, principales cabezas de cartel del festival, abrieron con «Gouge Away». Con «Isla de Encanta» comenzó un meticuloso repaso al gran «Come On Pilgrim» con el que la banda rompió ciertas paredes en el año 87. «Caribou», «Vamos», «Nimrod’s Son» o «Ed Is Dead» se sucedieron, junto a los habituales éxitos del «Doolittle». La habitual transición del líder de la guitarra eléctrica a la acústica dio paso a las «Where Is My Mind?» o «Here Comes Your Man», mientras la banda desplegaba, con un público menos entregado, temas de sus álbumes «Indie Cindy» (2014) y «Head Carrier» (2016).
Pasadas las 3 de la madrugada, tras las actuaciones de La Casa Azul y Varry Brava, Biznaga no se anduvo con chiquitas y reventó el escenario Wiko desde las primeras notas de «Cul de Sac». Los madrileños -de raíces malagueñas- interpretaron como si de ráfagas de balas se tratase los temas de sus dos álbumes, «Centro Dramático Nacional» y «Sentido del Espectáculo». El suyo puede ser ya bautizado como el concierto más asilvestrado de esta edición.
La banda de las tres exclamaciones, !!! (Chk Chk Chk), se encargó de concluir los actos en el Estrella Damm, y lo cierto es que consiguió lo que quería -como dirían los chicos de Pony Bravo-: montar una buena fiesta. En su versión más dance y menos rock, fueron en un in crescendo de éxtasis electrónico del gusto del público ‘lower’.
Para la segunda jornada del festival, están programadas las actuaciones de Franz Ferdinand, The Hives, Nada Surf, Las Odio, Los Punsetes o Soledad Vélez.
Pixies
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!!!
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Pixies
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Fotos: Iván Navarro.
Crónica: Carlos Ortigosa Arnau.

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