Grupo: Micah P. Hinson
Sala: 16 Toneladas

Basta con escuchar un par de minutos de cualquiera de sus canciones para comprender que nadie sabe mejor lo que puede llegar a pesar un domingo que Micah P. Hinson. En esta ocasión no quiso dejarnos solos frente a él  y nos encontramos en mitad de la noche en la mítica sala 16 Toneladas.

La actuación tardó un poco más de lo previsto en comenzar, pero aquellos minutos no fueron nada tras un año esperando su regreso a la ciudad. Dejó su mochila sobre el escenario, como si acabara de aterrizar directo desde Tennessee, y acto seguido comenzaron a sonar los acordes de “Take Off That Dress For Me”.

Si bien le notamos algo cambiado, se ha quitado las dilataciones y ha comenzado a predicar cierto estilo de vida sana o así nos intenta transmitir mientras mordisquea una manzana entre canción y canción, basta observar ciertos detalles para reconocer al autor de “Dream of Her”. Las cuerdas descuidadas de su personalizadísima guitarra, la vaguedad en su mirada y sus palabras y el rosario colgando de su brazo reflejan fielmente su esencia.

La velada transcurrió plácidamente, Micah tiene la facilidad para hablar del suicidio de su mejor amigo en “Seven Horses Seen” sin resultar sórdido sino entrañable, y de encandilar al público, que le acompañó con un balanceo interminable mientras recorría algunos de los himnos de su carrera, como “It’s Been So Long” o “Digging A Grave”.

Porque, si bien un accidente con su songbook se lo puso un poco más difícil al cantautor, mediante un cómico ejercicio de memoria logró que su guitarra no dejara de sonar y desbaratarnos a la vez durante más de noventa minutos. El final comenzó a esbozarse con la emblemática “Beneath the Rose”, los singles de su último trabajo “Oh, Spaceman” y “Lover’s Lane” y “God is Good”.

Presto y de manera casi indolora, Micah se despidió de nosotros con un tímido movimiento de manos, recogió su mochila y nos dejó, ahora sí, a solas con el domingo. Al fin y al cabo, tal y como reza su guitarra, “más allá de las ideas del bien y el mal” nos volveremos a encontrar.

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