Grupo: Johnny B. Zero + Yo Diablo
Sala: Sala Wah Wah

Hace algunas semanas se anunció, casi de sopetón, el regreso de Johnny B. Zero a los escenarios valencianos. El concierto tuvo lugar concretamente en la Sala Wah Wah, y en él, pese a no haber publicado nueva música de la que tiene preparada, la banda de Juanma Pastor volvió a ofrecer un recital, esta vez con un directo plagado de innovaciones cada vez más inclasificables. Además, los asistentes tuvieron la oportunidad de descubrir a una promesa a la que no se puede perder de vista, Yo Diablo.

Yo Diablo (Foto: Rocío Tuset).

La noche en Wah Wah se presentó con una entrada más que notable y un público de lo más variopinto (mención especial a lo que a partir de ahora tiene que ser una práctica habitual: celebrar una noche de bodas con Johnny B. Zero). El debutante (en lo más estricto de su significado) Yo Diablo subió con su guitarra al escenario y comenzó a desplegar un rockabilly negruzco y mostoso, con riffs punzantes y voces reminiscentes a un Cañita Brava de ultratumba. En menos de lo que canta un gallo, el espigado personaje pegado a su guitarra se ganó al respetable; pero la escena la culminó Carmona, de La Plata  y Thee Vertigos entre otros, a la batería. Ambos músicos se habían conocido apenas tres días antes de la actuación, y el viernes ahí estaban: el uno debutando por todo lo alto, y el otro aporreando los parches al ritmo de una muy oportuna versión del «Altered Beast» de King Gizzard & The Lizard Wizard, que dio por concluida la actuación.

Llegó el momento de Johnny B. Zero, un cuarteto caracterizado, entre otras cosas, por variar muy asiduamente su puesta en escena. Esta vez, Juanma Pastor, Fender en mano, se acompañó de Luis Cirulli a la batería, Pablo P. Soriano (que tiene pintas de músico callejero y aporta un buen porcentaje del músculo de Birds, la última referencia de la banda) al saxo y también a una suerte de flauta electrónica, y Julio Fuertes a los mandos del Halcón Milenario, también conocido como sintetizador.

Pablo P. Soriano al saxo (Foto: Rocío Tuset).

Precisamente Birds constituyó el eje central de la actuación, desde la tranquilidad de «Honey Brown» o el relato cósmico de «Mess Around» hasta la apoteosis de «Every Girl» o «Insane». También se recuperaron algunas canciones de anteriores trabajos, como «Black Spots», de Crystal Totems, que es una de las piezas que más desentonan (para bien) en la discografía de Johnny B. Zero; y «Plastic Bag» y «Planted Like A Tree», del debut Mayday!, que concluyeron un espectáculo extraordinario y llevaron al éxtasis colectivo a los parroquianos de la banda, ubicados cual barrabravas en las primeras filas.

Era imposible hacer una crónica sobre el concierto del viernes que no se asemejara a la reseña de un niño de seis años sobre las croquetas de jamón de su abuela. Solo queda esperar impacientemente las nuevas novedades bizarras de debutantes y de maestros.

 

 

 

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