Cynthia CruzNudozurdo cierra el círculo perfectoDespedida mágica de la banda de Leo Mateos que hizo olvidar la amargura de su adiósCynthia Cruz 5 noviembre, 2018 Grupo: NudozurdoSala: 16 Toneladas El 16 Toneladas lució el cartel de sold out la pasado noche del sábado, y la ocasión lo merecía, sin lugar a dudas. Las valencianas y valencianos nos despedíamos de un grupo histórico para la escena independiente, Nudozurdo. Tras casi 20 años de carrera, los madrileños han decidido poner punto final a su trayectoria, ante la perplejidad de un público que no supimos prever el impacto de esta noticia. Es un fenómeno ciertamente increíble que a día de hoy sigamos colgados de los cortes que compusieron “Sintética” (2008), un álbum que ha envejecido maravillosamente, así como los que formaron el resto de sus trabajos, como “Tara Hembra Motor” (2011) o “Rojo es Peligro”(2015), todos ellos editados por Everlasting Records. La frescura con la que se han conservado ha sido, precisamente, el motivo por el que no hemos podido adivinar las señales premonitorias que advenían esta ruptura. Cuando se lanzó “Voyeur Amateur” (2017, Mushroom Pillow) la sensación que llegó a nuestros sentidos fue la de encontrar a un Nudozurdo diferente al que conocíamos, renovado, con más fuerza, más rabia y aparentemente incansable. En la voz de Leo Mateos no intuimos ningún tipo de resquebrajo, sino un torrente de modernidad de aquel que, a estas alturas, se puede permitir experimentar, hacer y deshacer a su antojo, pues así se lo había ganado a pulso, hasta llegar a ser un referente clave para comprender el panorama underground nacional de los últimos años. Pero así era, y en cierta manera, agradecemos esta retirada a tiempo, en plena cumbre, donde no nos han dejado ver esa sensación de vacío de la que hablan y podamos quedarnos con los brillos y la magia que cargaban cada una de sus canciones. Esa misma magia fue la que inundó la pista del 16 Toneladas, donde los acólitos nos olvidamos por un momento de la amargura de la despedida y nos dejamos seducir por la promesa de un quizá. Himnos oficiales como “Mil Espejos” o “Prometo hacerte daño” bailaron junto a otros temas que se han incorporado más recientemente a nuestras vidas, como “Voyeur Amateur” o “Úrsula hay nieve en casa”. Un homenaje a su carrera de casi dos horas en las que no se dejaron nada en el tintero y donde el público supo estar a la altura de tal acontecimiento. Un par de bises, tan esperados como deseados y en los que se incluyó “Lo que querías ser” o “El diablo fue bueno conmigo”, cerraron el círculo. Esa noche será la que se quede grabada en nuestra pupilas hasta el final, ese es el recuerdo que queremos conservar para siempre de Nudozurdo. Es mucho mejor no caer en lo fácil de la melancolía, mucho mejor recordar a Mateos como “El hijo de Dios” y darle las gracias eternamente tan sólo por haber aparecido por nuestros altavoces una buena tarde de domingo. Porque, quién sabe qué sucederá en un futuro, pero por ahora, si algo hemos sacado en claro de todo esto es que ha sido divertido. Fotos y crónica: Cynthia Cruz. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.