Grupo: Rozalén + Christina Rosenvinge + Thaïs Morell
Sala: Jardines del Real

Tras el éxito de la edición de 2017, con el concierto “Derecho a Defender Derechos” de Les Amazones d’Afrique, este año se ha repetido la inclusión de una jornada solidaria en el ciclo de Concerts de Vivers. En esta ocasión, Territorio Musical orquestó la celebración del “Corazonadas Festival”, un festival que defiende la recuperación de “personas, dignidad y justicia social”.

Parte de la recaudación conseguida irá dirigirá al Proyecto Papallona, una iniciativa dirigida por la Associació Àmbit que, desde 2016 reivindica la situación social a la que se enfrentan las mujeres con diversidad funcional tras su paso por los centros penitenciarios. Este proyecto busca favorecer su reinserción socio-laboral y la creación de viviendas tuteladas para las mismas, así como arrojar luz sobre esta problemática que apenas es visibilizada en nuestra cotidianidad.

Mientras caían los últimos rayos del Sol las asistentes pudieron recorrer los diferentes puestos de las asociaciones feministas que actuaron como focos reivindicativos en una marea de performances de la que formaron parte algunos de los nombres de mujeres más conocidos de la escena valenciana, como Catalina Isis o Salomé Castro. Los conciertos se iniciaron de la mano de Thaïs Morell, la artista brasileña y valenciana de adopción calentó los ánimos a ritmo de bossa nova. Esta cantautora destaca por su capacidad para desenvolverse con facilidad entre sonidos de muy distinto origen geográfico, así como por su habilidad como multi-instrumentista.

A continuación subió al escenario, Christina Rosenvinge, musa entre las musas, que ha logrado evolucionar de manera esplendorosa en sus casi cuarenta años de carrera. La actuación, en la que estuvieron muy presentes los temas de su último disco, “Un hombre rubio”, nos regaló grandes momentos a quienes le seguimos la pista desde hace unos años. Tras repasar algunas de las canciones más sonadas de sus últimos álbumes, como “Mi vida bajo el agua”, o la siempre brutal “La distancia adecuada” supo emocionarnos con la historia de “Romance de la Plata”, “Ana y los Pájaros” o la canción protesta “Alguien tendrá la culpa”, donde Christina nos invitó a cantarla buscando nuestro propio culpable. Para despedirnos, aunque sea por un breve tiempo, nos puso en pie con la mítica “Voy en un coche”.

Finalmente, llegó el turno de Rozalén, una de las actuaciones que más expectativas había generado, y que hizo que rápidamente la pista se llenase de un diverso abanico de público. Entre familias, jóvenes y no tan jóvenes, se colaron algunas caras conocidas que se transformaron en una única voz al empezar a sonar “La puerta violeta”. La compositora albaceteña se ha hecho, en unos pocos años, un hueco en el panorama nacional. Así pues, en una actuación que resultó pródiga tanto en tiempo como en reivindicaciones, se satisfago el apetito de sus seguidores con canciones como “Vivir”, “El hijo de la abuela”, “Bajar del mundo” o la popular “Comiéndote a besos”. Uno de los momentos más emotivos fue cuando compartió con nosotras el trasfondo de “Justo”, un claro alegato a la recuperación de la memoria histórica. Para cerrar un miércoles nada anodino, Rozalén, y su inseparable intérprete y artista, Beatriz Romero, nos dejaron con el buen sabor de boca de “Vuelves”.

Tras dejar reposar las emociones de una jornada intensa queda patente la importancia de apoyar este tipo de iniciativas, que conjugan a la perfección ocio y solidaridad a la vez que nos permiten realizar una de las cosas que más se aprecian estos días, disfrutar de la música.

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