Perro: Actitud punk y rock colega

Grupo: Perro
Sala: Joy Eslava

Escuchar a Perro en directo hace que te entren ganas de beber cerveza, mover tu cuerpo en sentido aleatorio, deformar tu cara al chillar, quemar farmacias, atracar kioskos, etcétera. Vinieron a Madrid para despedirse después de estar dos años (apróx.) sin parar de rodar y la cita se dio en la Joy Eslava.

Al público le costaba llegar a la sala pero cuando empezaron a tocar éramos suficientes para empujarnos todos con todos sin tener que pedir disculpas. Pogo sin mal rollo, todo con risas, sin faltar el respeto. Sonaban las primeras canciones y la gente se lo estaba pasando piruleta. Los miembros de Perro ejecutaban melodías con profesionalidad indiscutible mientras hacían sonar canciones de drogas, cuñaos y la reina de Inglaterra, entre otras. Hacían ruido sin que resultase molesto, distorsionaban, gritaban, vacilaban, gritaban otra vez y todo sonaba muy bien.

Entre tema y tema hablaban con el público pero no entendí mucho lo que decían porque había gritos y los de Perro hablan en murciano. Pero qué más da. El caso es que Jordi Huertano sonó de las primeras y el nivel no dejó de ir hacia arriba. Más de veinte canciones dentro de la Joy, hechas con dos baterías, se sucedían como una apisonadora. Temas de Singles Brasileñas, Tiene Bacalao, Tiene Melodía, Estudias, Navajas y hasta Martillo, canción que sacaron el pasado noviembre, con un loop que te golpea como la herramienta que sirve de título a este tema.

Pero faltaba energía, estaban medio quietos, guiados por la setlist que guionizaba el directo. Sus ojeras delatan que necesitan un descanso, han tragado mucha carretera y es hora de ponerse en posición horizontal y cerrar los ojos.

Ahora que descansen, que no somos pocos los que queremos volver a verlos pronto, que Perro es una banda que va más allá cuando se trata de tener actitud punk y hacer rock colega. Que sea como fuere cerraron con OLRAIT y Martolina y esas, sin anestesia, revientan.