PS16: The best of the bestRedacción Atómica 13 junio, 2016 Grupo: Varios artistasSala: Parc del Fòrum Tas la tormenta en el Parc del Fòrum es hora de ordenar los recuerdos y seleccionar los mejores momentos del Primavera Sound 2016. A continuación una selección de lo mejor de lo mejor según asistentes del PS, músicos, redactores y fotógrafos: Carmen Sánchez (redactora de RA): Fui de motu propio al festival para ver a Sigur Rós, no hay que ser el listo de la clase para deducir que mi mejor momento fue un trocito de su directo. En concreto, cuando sonó “Starálfur”, no la tocaban desde hacía casi una década, me emocioné. A sus espaldas, luces centelleantes simularon fuego, crecieron a medida que avanzó la pieza mientras los agudos de Jónsi enmudecieron al público. Melodías que rozaron el letargo, hicieron a más de uno perder la cabeza. Y eso que sólo era el principio. Tomás Martínez (redactor de Mainstage): A lo largo de la historia, han surgido grandes amistades nacidas por el gran afecto y admiración que sentían el uno con el otro: Mark Twain y Nikola Tesla, Wolfgang Amadeus Mozart y Joseph Haydn, Abraham Lincoln y Joshua Speed, John Lennon y Paul McCartney y… Alex Turner y Miles Kane, los héroes hedonistas de la noche del viernes en la que ofrecieron un set perfectamente equilibrado en cuanto a sus dos discos (8 canciones de EYCTE y 7 de TAOTU) acompañadas de las covers a Leonard Cohen («Is This What You Wanted») y The Beatles («I Want You (She’s So Heavy»), ejecutadas sin errores, y como si fuesen propias. Era predecible, pero como dicen en su segundo disco, «todo lo que estábamos esperando» de ellos nos lo dieron y fue la mejor hora y media del festival. El Rock & Roll puro nunca morirá mientras estos dos sigan subiéndose al escenario y sigan mostrando ese talento, carisma, sensualidad y diversión sin complicaciones que llevan en la sangre. Nando Vidagañ (Odd Cherry Pie): fue el recopetín hacer el gamba todo el rato con mis odd cherry bródels. El más bonico del festi fue Brian Wilson, que es un pajarillo de bonico y una leyenda. Ty Segall fue el recopetín y Beach House nos lo gozamos de lo que más porque la cena nos sentó de lujo. Iván Cel (tercera vez en el PS): Difícil elegir un solo momento del festival, pero desde luego elijo Radiohead al completo, como consiguieron superar mis expectativas, como crearon una atmósfera tan especial y un silencio tan respetuoso entre 90.000 personas mientras Thom nos acariciaba con su voz… Y aunque no sea mi canción favorita de ellos… nos regalaron “Creep”. Marta Domingo (Odd Cherry Pie): Tener la oportunidad de estar en las primeras filas del concierto de Beach House no sólo fue el mejor momento del Primavera Sound 2016 sino la mejor experiencia que he vivido con música en directo. Con la grandeza, genialidad y singularidad de PJ Harvey me explotó la cabeza (fue increíble) pero tengo que elegir un momento y Victoria Legrand fue magia pura. Nos atrapó y llevó a lugares inexplorados. Algo muy lejano y misterioso entró en lo conocido y más cercano. Fue como sentir el universo, las estrellas y mucha purpurina dentro del cerebro. Y no, no iba colocada, se llama música. Dani Belenguer (Bearoid): Mi momento favorito del festival fue ver a Brian Wilson, porque a pesar de que le costara cantar y no sonara con la potencia con la que podría sonar Tame Impala, estuve viendo delante de mis ojos un trozo de historia. La historia de un chaval que compuso una pieza clave y de una belleza infinita llamada Pet Sounds, luchando contra su familia y contra sí mismo. Cuando Brian conseguía esbozar una sonrisa entre canción y canción sentía que aún quedaba en él la leyenda que una vez fue. May Ibáñez (Badlands): Para mí el gran momento del festival fue el concierto que dieron Brian Wilson y su banda. Un anciano sentado frente a un piano que difícilmente tocaba, haciendo de vez en cuando aspavientos con las manos, imitando a un director de orquesta. El creador de algunas de las canciones más bonitas e inspiradoras de la historia. Y 50 años después, no muy bien tratado por la vida y el tiempo, nos transmitió todo lo que puso en ellas cuando las creó. Construyó un espacio mágico entre la banda y la audiencia. Fue nostalgia y un extraño sentimiento de intimidad entre miles de personas. Jorge Luna (The After Mag): Sería una sorpresa haberlo tenido fácil para elegir un grupo o un solo instante, pero creo que mi momento de máxima felicidad llegó cuando empezó a sonar “A New Error” de Moderat. Ese concierto fue una explosión de música, luces, imágenes y emociones, llevando el festival hasta otro nivel. Habíamos vivido actuaciones increíbles y el cuerpo no daba para mucho más, pero los alemanes hicieron que el sábado noche siguiéramos volando con su música. Pd: “All my Friends”. Álex Barberá (Siberian Wolves): Ir al Primavera es sacarte un master, pues no hay año en el que no aprendas un montón de cosas y este ha sido especial. Ha sido especial porque llevaba muchos años queriendo ver a Radiohead y no defraudaron, fue el momentazo tanto sonoro como visual del festival, algo que queda marcado para siempre, pues nunca en mi vida había visto algo igual ¡Ojalá los que no los habéis visto los podáis ver porque es una experiencia única! Marcos Otezia (primer PS): El Auditori Rockdelux fue testigo del free jazz de Kamasi Washington y su banda, libérrimos en sus formas heredadas de la fusión a la Miles Davis (donde cupo hasta un vocoder) pero con los pies firmes en sus raíces afroamericanas. Un virtuosismo exuberante que nunca llegó a empañar la pasión primitiva que se desprendía a cada nota, en un concierto demasiado corto para una propuesta concebida desde lo épico. Estefanía Mora (fotógrafa de RA): Después de dos días de escenario en escenario, subiendo el récord de Runastic y sin ningún tipo de expectativas una vez acabado el concierto de Sigur Ros, llegaron los minutos más gloriosos del festival de la mano de Ty Segal. Se llamaba Manny. Un loco embriagado que pasó de encontrarse viendo el concierto en primera fila a ser el protagonista absoluto del Primavera en cuestión de segundos. En ese mismo instante decidí que el año que viene allí estaré de nuevo. Adolfo Nitch (primer PS): Esto va a ser un topicazo, pero para mí el mejor momento del Primavera fue el domingo de madrugada, cuando fui a ver salir el sol con mis hermanos de Odd Cherry Pie (que, por cierto, dieron un bolardo). Fue el momento en que me di cuenta de que se acababa el mejor festival que he vivido nunca y, lejos de entristecerme, me llenaba la gratitud de haber podido estar allí. Fran Calabuig (jefe de foto de RA): Mi momento, dentro de este puzzle de sensaciones inigualables, es la segunda canción del conciertazo de Radiohead «Daydreaming». Todavía estaba en el foso haciendo fotos, a pocos metros de Thom Yorke y atrapado por su magnetismo. Acabó de sonar la explosión que supuso «Burn Witches» y de las luces rojas cercanas al fuego, pasamos a la claridad. Se empezaba a ver a los músicos que estaban encima del escenario preparados para dar un concierto histórico. Y empezó la introducción de «Daydreaming». Silencio, mucho silencio, sólo se oía su música y los obturadores de nuestras cámaras, me giro a la izquierda y la fiera indomable de Jehnny Beth (pseudónimo de la cantante de Savages) apreciaba emocionada y con respeto la obra de los de Oxford. Y tuve que parar de disparar, como a veces pasa en los conciertos más íntimos. Tuve que parar para escuchar el silencio, el respeto que se les estaba ofrendando a unos artistas. Atronador silencio. Mi momentazo no es una canción de Radiohead, es el silencio, el respeto provocado por su música. Creo que pocos lo van a igualar. Sergio F. Fernández (director de Redacción Atómica): Desde hace años PJ Harvey es por derecho propio referente mundial de la música, pero a cada disco la artista de Dorset se encarga de ratificarlo: si con Let England Shake parecía que había alcanzado su cima 5 años después da un volantazo y nos regala The Hope Six Demolition Project, un disco tan imprescindible como su concierto en el Parc del Fòrum. Una decena de músicos sobre el escenario, con la figura de John Parish siempre como ancla entre lo terrenal y lo celestial y un setlist que fue de “Chain of Keys” hasta “River Anacostia” como un suspiro y sin posibilidad de darnos cuenta hasta horas después de que no se había detenido en prácticamente ninguno de sus trabajos anteriores. En un festival plagado de cabezas de cartel que veneraban el pasado tal gesto de valentía define el significado vital de PJ Harvey: una mujer que recoge la herencia musical de los últimos 50 años para mutarla en cada nota y así alcanzar nuevos registros, nuevos cielos por conquistar. Todas las fotos realizadas por F. Calabuig. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.