Si a Los Planetas no les hubiera dado por el rollo flamenco

Grupo: Templeton + Go Orange + Casandra Dixit
Sala: Magazine Club

Tal vez esté escribiendo en caliente, I don´t know. Lo que sí que es cierto es que redacto desde la decepción. La tristeza de ir a cenar con una buena banda de rock y saber que han roto con su promotora porque les trata como basura; que están hasta los huevos de que se les ningunee (en ninguno de los dos casos hablo de Templeton); de que se engañe al público con horarios y precios que luego no son; de tocar en garitos con dudosas condiciones sonoras donde, además, sientas de cerca el ahogo de la violencia. Alguien dijo que la televisión mató a la estrella de la radio; a mi se me ocurre que la propia escena independiente asesinó a la nueva escena independiente. Pero hablemos de música…

Estaba anunciado a las 21 horas por 5 euros, y comenzó a las 23:30 y por 8 pavos. En esos momentos, encima del escenario ya llamaban la atención Casandra Dixit. Los psicotrópicos ya debían haber hecho efecto en ellos cuando desempolvaron un sonido tan crudo como desafinado. La verdad es que, si no llega a ser por su falta de ensayos, varias veces patente, el grupo sonó a rock del bueno. Una banda de tres locos y buenos músicos que, cuando acertaban, recordaban a unos Golpes Bajos desaforados, agitados junto al Andy Chango más poeta y drogado. Temas propios (atención a “Container Beach“) y una, tan inconexa como genial, versión de “You really got me” de los Kinks, completaron una actuación de menos de treinta minutos desastrosa y prometedora a partes iguales.

Go Orange iban de otro rollo y pronto lo dejaron claro. Aquí todo estaba más que ensayado y, si no es por falta de calidad sónica del lugar, otras líneas se estarían escribiendo. De todos modos, sigue llamando la atención que un grupo de Valencia se atreva con el epicismo pop-rock de Muse y cante en castellano. Si a todo esto le añadimos unas bases de bajo con reminiscencias funk, nos salen temas tan bailables como “Bambola”. Otro cantar es que en Magazine Club bailara la gente. Público había (unas 100 personas), pero, o no llegaba el epi-indie-funk de Go Orange, o el sonido era tan flojo como el que recibía en los monitores la propia banda. El caso es que los valencianos se defendieron más que dignamente en la poco más de media hora que tuvieron por delante. Finiquitaron el trámite con la acertada, pespuntada vocal y electrónicamente, “Lp”.

Pero los gordos del cartel, los que venían de fuera, eran Templeton. Diría que eran seis sobre el escenario (si no es así, pronto no veréis este paréntesis) y que a su distinguido y aguileño cantante le flanqueaban dos pedazo guitarras. Si a Los Planetas no les hubiera dado por el rollo flamenco seguramente serían los dueños de composiciones tan geniales como “Casa de verano e invierno” o “Camino de la amargura”. El caso es que a los de Granada les dio por hacer noise por soleares y estos norteños han enriquecido su legado con sonidos que abarcan el mejor pop indie con flecos de folk, psicodelia y alt-country. Si me sintiera crítico musical diría que un intento de búsqueda entre el sonido planetario (My Bloody Valentine) y los Band of Horses. Sin hablara como público, simplemente diría que Templeton tienen un directo vibrante y estremecedor. En ambos casos erotizante.

Desde primera hora las guitarras se clavaron como miles de espadas (“La la la” es punzante ejemplo) ruidosas que se ensamblaron a la perfección con una voz, la de Álvaro Martínez, que siempre fue parte del hipnotizante todo. Poco más de una hora en la que desfilaron casi todos los temas de Exposición Universal y en la que añadieron una nueva, “Jardín de infancia”, que si no llega a ser por los coros a lo Fleet Foxes hubiéramos dicho que nos recordaba a “Cumpleaños total”…¿adivinan de quién?

Para terminar fue “Brasil” y todo el que quiso sobre las tablas (incluidos Twelve Dolls y Gilbertástico, al que no volvimos a ver) para cantar, a todo pulmón, que Templeton es un grupón.