Grupo: The Wombats (Madrid)
Sala: Sala Heineken de Madrid

Fotos de margaritas, amplificadores Orange de colores, botellas de vino barato, guitarras eléctricas con más flores, caricaturas en la batería, una gallina de plástico colgando del bombo, alegría veinteañera y los Wombats cantando a capella “Boys and Girls and Marsupials”. Así empezaba el concierto que dieron el pasado 21 de octubre en la sala Heineken de Madrid. En lugar de escoger cualquier canción más enérgica de su repertorio, se decantaron por este canto reminiscente del gospel de los ´50.

Energía en realidad no necesitaban, a pesar de estar muy cansados de sus 5 semanas viviendo en un autobús, de concierto en concierto por toda Europa, a pesar de que el cantante había vomitado 3 veces desde su actuación en Barcelona la noche anterior, los Wombats hicieron saltar a una sala llena hasta los topes. Con sus canciones célebres como “Kill the director” las hormonas subieron y alguien les lanzó un preservativo que se puso en la cabeza el cantante animado por Murpyh, el batería maestro de ceremonias que no paraba de hablar entre canción y canción un español aprendido en la escuela.

La verdad es que lo tuvieron fácil con un público que no llegaba a los 30 años, bailando ya en la cola para entrar, y consultando entre canción y canción el partido del Madrid contra el Juventus, que aunque perdieron, los ánimos no caían porque ahí volvían los de Liverpool con sus ritmos pop alegre de “Moving to New York”.

En esta ocasión ya fue un sujetador lo que le lanzaron…y ellos, al contrario de grupos de su edad como los ArticMonkeys, saben que si no eres guapo y te quieres ganar al público, el sentido del humor ayuda mucho. Comentaban cada jugada del público, se hacían carantoñas entre ellos, era como asistir a una fiesta en su casa…y las chicas de alrededor lo agradecían.

Tocaron todo el repertorio de su único trabajo hasta la fecha A guide to love, loss and desperation, canciones nada originales, que hablan de fiestas, chicas, plantones en puertas de discotecas, muchos coros simples basados en uuuuusss y poco más. Fácil divertimento con canciones como “Backfire at the disco” o “Let´s dance to Joy Division” con lanzamiento de órgano al público incluido y su posterior lucha para encontrarlo. Hacen todo lo que un chico de 20 años le gustaría hacer en un escenario.

Antes de finalizar sorprendieron a los presentes con una canción nueva, prueba de que no todo es jolglorio y de que están trabajando en un nuevo álbum,”My Circuitboard city”, más elaborada que el resto y con un tono menos alegre. ¿Signo de madurez entre estos chicos que no llegan a los 25?

Perfectos para tocar por la tarde en festivales veraniegos o en una fiesta de jueves que anuncie el fin de semana, pero ¿qué pasará cuando la fiesta termine? Tienen toda la pinta de ser un grupo más que acabará su vida en su segundo o tercer álbum…¿alguien se acuerda de los americanos ‘1990? Algo parecido se les avecina…

Dejando previsiones de futuro a un lado, lo que hay que reconocer de estos chicos es que en directo es imposible no bailar sus canciones ni sonreír en alguna ocasión. Si la MTV los ha nominado para los premios Europeos de la Música en la categoría de mejor actuación británica junto a Duffy y los Ting Ting Tings, es por algo. Parece ser que el Power Pop no acabó en los ‘60.

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