Grupo: Tórtel
Sala: Costello Club

Tórtel crea, transforma, eleva atmósferas de la nada. Ya había estado otras veces en Costello pero nunca junto a un público tan absorto como el de esta banda. Parecía como si un único foco situado sobre los músicos los iluminase, la gente estaba muy atenta.

El recinto se llenó en cosa de diez minutos y desde que tocaron la primera nota los presentes enmudecimos. “La Gran Prueba” abrió el telón, es un tema de su anterior álbum idóneo para presentarse frente al que no los conoce o hacer sonreír al que sí. Pero el caso es que sus verdaderas intenciones eran dar a conocer su cuarto trabajo, Transparente, que sale el siete de octubre. Nadie sabía qué íbamos a escuchar, había expectativas y expectación.

Su nuevo tema “Respira” empezó a sonar y de repente una tormenta psicodélica agitó la sala. Sonaron sintetizadores, teclados, eléctricas. Crearon pop soñador al construir sonidos de vete tú a saber dónde…pero sea lo que fuere, queríamos más.

Sus letras también tienen chicha. Hablan de sentimientos feos con ingenio, de respuestas sin preguntas, de cosas sin sentido para que cada uno se lo busque. Y eso, sumado a la base rítmica que tiene, hace que bailes y reflexiones, todo a la vez.

Después de este tema vinieron otros nuevos como “Nadie se parece a nosotros”, peligrosamente pegadiza, de las que se instauran en tu hemisferio derecho hasta nueva orden.  “El invitado”, que suena a folk cuando pensabas que aquí sólo se jugaba a pop o “En defensa propia”, de su EP anterior. Todas te invitan a un viaje astral, marcan un tiempo nuevo y mejor.

Aquella noche Tórtel creció un poco más. Dio una lección de cómo llenar todo un escenario con sólo cuatro personas.

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