‘Ataque Celeste’ de El Columpio Asesino: la crudeza de un espejo convexoLos pamplonicas se proclaman soberanos absolutos del vacío con su nuevo LP tras seis años de esperaCynthia Cruz 1 marzo, 2020 Grupo: El Columpio Asesino Sello: Oso Polita Records Año: 2020 “¿El Columpio Asesino? ¿Y esos quién narices son?” y un aspaviento que se movía entre extrañeza y desdén eran la respuesta habitual cuando decidías compartir con aquellxs a los que querías el que era tu bien más preciado, al menos aquella tarde: un enlace a Youtube. El vídeo, un trabajador haciendo labores de jardinería mientras sonaba a todo volumen Edad Legal, uno de los mejores cortes de De mi sangre a tus cuchillas (Astro Discos, 2006). Años más tarde verías a esa misma persona dejándose los dientes contra el escenario mientras sonaba Toro, te tienes que reír. Porque sí, hubo vida antes de Diamantes (Mushroom Pillow, 2010) y Ballenas Muertas en San Sebastián (Mushroom Pillow,2014) y qué vida. El Columpio Asesino irrumpía a finales de los años 90 para establecer los santos pilares de lo que sería el indie español y ya nada volvería a ser lo que fue. Han pasado seis largos años desde que su último trabajo, que los llevara a todas las salas y festivales habidos y por haber, con su consiguiente desgaste. Seis años complicados para la banda, donde en algún momento han visto peligrar el proyecto que tanto les ilusionaba. Ataque Celeste (Oso Polita, 2020) es un canto a la vida y a todo lo que ésta encierra, es desgarrador y brutal, es expiatorio y ensordecedor. El Columpio Asesino ha superado el nihilismo propio de la juventud y se establecen como soberanos absolutos del vacío, que siendo la nada termina siéndolo todo. Porque eso es la adultez o lo que debería serlo, el cese de la búsqueda, el abrazo febril y demoledor que da el convencimiento de que esto que tenemos dentro es todo lo que hay. Un trabajo que mantiene la esencia afilada del cuarteto, pero que también nos proporciona un espacio único para la contemplación y el análisis. Como un espejo a las siete de la mañana o a las tres de la madrugada nos devuelve un reflejo incómodo pero sincero. Ocho cortes donde los sintetizadores, la electrónica y la voz de Cristina Martínez adquieren aún mayor protagonismo. Un LP más melódico donde también caben sospechosos habituales como el rock, el punk o el kraut. Este constante juego de tensiones entre el oxígeno y la melancolía nos sumergen en una especie de oleaje donde hallamos la calma en el ojo de la tormenta. Huir es el tema encargado de abrir el disco y la primera noticia que tuvimos de su regreso. Electro pop sin titubeos donde Cristina marca claras las líneas de esta nueva etapa en la que nos retrotraía a trabajos anteriores con una poética mordaz y contundente, sello personal de la casa. Preparada, le sucede tanto como single como en el tracklist, donde el agotamiento y la desesperación se convierten en una valiosa lección acerca del resurgimiento personal. Sin por ello caer en manidos clichés sacados de un modélico manual de autoayuda. Sirenas de Mediodía, tercer y último single previo al lanzamiento del LP, es una canción atmosférica donde Cristina y Albaro Arizaleta convierten la resignación en un himno en el que las trompetas apocalípticas son sustituidas naturalmente por sintetizadores. Mientras tanto, Mi General te arrastra a las profundidades del charco de lodo que a veces inunda tu pecho y pulmones.” Y una campana suena, fuerte tras de tu sonrisa / con tu viejo uniforme y tus maneras fascistas/ me desbordas y sometes siempre sin negociar/ tendrás la puerta abierta cuando subas a matar”. Poco más que añadir, más que una férrea recomendación a alejarse de ella en domingos de resaca. Lechuzas, cuters y somníferos, es uno de los escasos cortes donde Albaro adquiere total protagonismo en lo vocal. Pegadiza y despiadada, esta canción de tintes futuristas nos sitúa frente a frente delante de ese reflejo cuasi esperpéntico que comentábamos en los primeros párrafos. Tu Último Relato es una elegante crítica a esa conducta tan propia del ser humano consistente en huir hacia delante, un truco habitual que siempre conlleva un alto precio, como bien señala Albaro. Siempre estás tú habla de supervivencia, extenuación y finales. Mientras progresivamente se intensifica la melodía, Cristina parece hablar de un conflicto interno en la que aparentemente el desenlace aún está por escribir. Ataque Celeste es el broche instrumental y new orderiano a 31 minutos donde hemos vivido sensaciones inimaginables. El Columpio Asesino no pretende resolver nuestras inquietudes, ni tan siquiera crearnos más, tan sólo las visibiliza, las expone sobre la mesa y nos deja a nuestra merced. Convivir con ellas o al menos intentarlo corre por nuestra cuenta, aunque sin lugar a dudas, mejor hacerlo con una banda sonora tan lúcida como este trabajo. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.