Grupo: Lukas Nelson & Promise of the Real
Sello: Decca / Fantasy
Año: 2017

A pesar de su carácter deliberadamente retro, el flamante disco de Lukas Nelson and Promise of the Real es una de las novedades más estimulantes de la vuelta al cole. Como si de un recolector de música tradicional americana se tratara, su tercer trabajo discográfico navega por las aguas del country, el soul, el folk e incluso del rock sureño que dominaba las ondas radiofónicas yanquis de los años 70.

 

Heredero del tono nasal de su progenitor, el mítico Wilie Nelson, Lukas no hace gala de una gran voz pero sí de un gran carisma y una arrolladora convicción en todo lo que canta, así como de un exquisito gusto a la hora de rodearse de un grupo de músicos que convierten este LP en una delicia para los sentidos: desde la guitarra de Jesse Siebenberg, que serpentea libremente por los márgenes de numerosos cortes del disco, hasta los teclados de Alberto Bof, pasando por las voces femeninas que respaldan al bueno de Lukas, la mismísima Lady Gaga colabora en el hit «Find Yourself», y jalonan los temas más emocionantes.

 

Tanto en los momentos más potentes como en los más sentimentales, el grupo funciona como una maquina perfectamente engrasada capaz de abordar con la misma solvencia el desamor, «Let me forget about Georgia» o «Find Yourself» la crítica social, «High Times» y la espiritualidad, «Set me down on a Cloud». Es posible que las canciones más rockeras sean las más seductoras en las distancias cortas, pero, tras varias escuchas, son las melodías más pausadas las que se acaban metiendo bajo la piel del oyente: «Just Outside of Austin», «Forget About Georgia» (cuya letra juega con el clásico de Ray Charles «Georgia on my Mind»), «Runnin’ Shine», «Breath of my Baby» y el sensacional broche final «If I Started Over» serían capaces de enternecer el corazón del mismísimo Kim Jong-un.

 

Relativamente alejado de un propósito comercial, aunque sin evitar las melodías pegadizas, Lukas y los suyos dan rienda suelta a sus habilidades instrumentales en varios pasajes de este último trabajo, satisfaciendo las necesidades de sus composiciones. Probablemente nos encontramos ante un clásico instantáneo de la música moderna, ese tipo de discos que, aún anclando sus raíces en el pasado, consigue sonar atemporal por la pericia de su producción y por la vigencia de su temática. Este Lukas Nelson and Promise of the Real representa un adiós a la dispersión de anteriores trabajos, una emancipación definitiva de las influencias que condicionan el pasado del grupo (colaboraciones con Neil Young y Willie Nelson), dotándolo de una personalidad propia y marcando un nuevo inicio en su discografía. Un disco para disfrutar tanto en un atardecer soleado como en una noche lluviosa.

Carlos Fernández Castro. 

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