Grupo: Wilco
Sello: dBpm
Año: 2015

El pasado 17 de julio, Wilco hacían un sorprendente anuncio a través de sus redes sociales: Star Wars, su  noveno álbum de estudio, no sólo estaba listo para ser escuchado sino también disponible para ser descargado gratuitamente. Una sorpresa mayúscula en mitad del verano que sin embargo, no suponía la primera vez que el grupo hacia algo así.  En 2002, después de haberse convertido en los portadores del testigo de una nueva forma de encarar el folk norteamericano que por aquel entonces no alimentaba como hoy las ambiciones de los grandes sellos, Wilco lanzaban gratuitamente Yankee Foxtrot Hotel. En aquel momento la decisión representaba la única vía en la construcción de la actual personalidad del grupo ante la negativa de su sello discográfico, Reprise, a dar salida a aquel ruidoso material superpoblado de experimentación en el que la banda parecía huir de sí misma. Visto en perspectiva, aquel periodo difícil puede entenderse como el primer gran paso en la consolidación de Wilco como una de las bandas más interesantes de las últimas dos décadas.

Yankee Foxtrot Hotel,  además de convertirse rápidamente en uno de sus álbumes más y mejor valorados por la crítica, abrió un camino rupturista con su sonido anterior que Wilco fue sembrando con álbumes como A Ghost Is Born (2004), Sky Blue Sky (2007) o Wilco (The Álbum) (2009) y que terminó por convertirles en un fenómeno de masas y en una banda decididamente influyente en el bagaje musical de la presente década.

A diferencia  del devenir de aquellos días, el lanzamiento gratuito de Star Wars, un trabajo gestado desde las ganas de diversión, con una portada sacada de un poster en la cocina del loft donde ensaya el grupo y con un título tan evocador como aparentemente arbitrario, retrata a unos Wilco  más cómodos con ellos mismos que nunca. A la desordenada introducción que es “EKG”, siguen diez cortes ejecutados en poco más de media hora en los que los de Chicago parecen seguir escribiendo su propio manual de instrucciones desde la luminosidad pop de las guitarras y un optimismo sonoro que ya se dejaba intuir en su anterior trabajo The Whole Love (2011).

Estamos ante un álbum de transición aunque (como viene siendo habitual con Wilco) no termine de quedar claro hacía donde. Con algo más de peso en las guitarras que en sus últimos lanzamientos (algo que probablemente de una idea del mayor peso creativo de Nels Cline, en la banda desde 2005) el soft rock de “More” y “Random Name Generator” abren un trabajo donde la responsabilidad  vuelve a caer de forma casi innegociable en la pluma de Jeff Tweedy. El tempo plácidamente caótico y las rugosas distorsiones en las cuerdas de “The Joke Explained”, rápidamente remiten al sonido de Velvet Undergruond o T-Rex, dejando claro que la banda se está divirtiendo en un Star Wars en el que, aunque no alcanzan las conquistas de sus mejores trabajos, Wilco demuestran que siguen estando entre los primeros de la clase en muchas de las asignaturas del pop rock contemporáneo.

Entre canciones de rápida ejecución y corta duración, “You Satellite” con su repetitiva y algo tediosa inmersión sonora, es la excepción que confirma la regla. En el otro extremo, la estupenda “Taste The Ceiling”, con distorsionadas escalas guitarreras  herederas de Television, es lo más cerca que los de Tweedy se dejan caer por el sonido del que partió su viaje desde la publicación de Sky Blue Sky. “Cold Slope” y “King Of You” (dos partes de un mismo pasaje) parten de cierto toque glam-rock a lo Marc Bolan para terminar llevando a lo personal la totalidad de un conjunto que Wilco parecen dominar a la perfección incluso con el piloto automático encendido. “Magnetized”,  cierra este Star Wars dejándose  influir en cierta manera por la década anterior a la que domina el álbum y flirteando ligeramente con el sonido de los últimos trabajos de John Lennon en solitario.

Definitivamente no se trata de un álbum esencial en la carrera  de esta imprescindible banda. El tiempo dirá (y eso también es una constante en su carrera), hasta dónde llegan los ecos de estas nuevas canciones. Lo que sí parece quedar claro a juzgar por este digno regalo hecho por encima de todo a sí mismos,  es que Wilco atraviesan un momento de feliz e ilimitada libertad tanto creativa como ejecutiva en su trabajo. Puede que Star Wars, signifique la ratificación de lo poco probable de una “vuelta al origen”. La novedad aquí es que por primera vez parece que empiezan a encontrar un lugar en el que quedarse.

José Martín

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