De qué hablo cuando hablo del Apocalipsis SoundCarmen Sánchez Adán 6 agosto, 2015 He visto tiendas de campaña suspendidas en el aire, olas de un tamaño equivalente al ahogo, lluvia que cala la ropa de la maleta, la que está tendida, la que ya llevas puesta, ¡todo bien de lluvia! Romperse la lona del escenario principal también lo he visto. Ah, y barro también, por todas partes. Pero, si he visto eso, imagínate la música que he escuchado. Que La Maravillosa Orquesta del Alcohol fuera el primer directo que iba a ver me pareció un comienzo la mar de prometedor. Seis tíos, un acordeón, mandolina, saxofón, banjo y una vuelta de tuerca al country y al rock&roll. En la noche del miércoles flipé al escuchar a Mendetz. Venga, va, lo admito, no tenía ni idea de quién era. Buenos martillazos de rock eléctrico y pop luminoso. Sólo media hora de concierto y ya llevaba el vello de punta. Al día siguiente tocaba Jero Romero. Qué ganas de verlo en directo. Qué bien poder verlo en primera fila. Actitud a pesar de ver cómo el cielo se ponía gris casi negro mientras tocaba. Terminó con Hombre mayor cuando de repente cayó la del pulpo. Media hora y varios litros de agua después, era el turno de La Pegatina. Cielo coloreado por el arcoíris y gente feliz. ¿Quién pide más? Diversión en formato musical, bailes, Mari Carmen y más bailes. A Delafe y Las Flores Azules los vi de refilón, me ponen nerviosa. El resto de directos del día me los perdí. La lluvia empezó a tontear a mitad de noche y en cosa de diez minutos había barro como para exfoliar a un regimiento. Unos altavoces anunciaron que se cancelaban We Have Band, John Newman y Zombie Nation. ¿Se suspende el Arenal Sound? ¿Por qué hay gente que recoge maleta y escampa? ¿El barro sale con agua fría y jabón de ducha? Supersubmarina. Ay, por favor. Hora y media de concierto que se me pasó en un suspiro. Mantuvieron el nivel de principio a fin. Saben lo que hacen y ya desde hace tiempo. Por la noche tormentón level 10. Resguardada de la lluvia, bajé la cremallera de la tienda de campaña, miré al cielo, vi el azul eléctrico de los relámpagos, los litros de agua que iban cayendo y la ropa tendida de los vecinos salió volando, ¿pero qué mierdas hago yo aquí? ¿por qué la organización no dice nada? Tardó en parar una hora, suficiente para que la lona que cubre el camping se rajara por la mitad. ¿Era el fin? No… Show must go on! Hola A Todo El Mundo son inteligentes, saben jugar con lo más alternativo del pop y el folk. Lástima que sonasen aburridos, sostener un directo con lo más experimental de tu setlist a las siete de la tarde es arriesgado. Sangre de horchata. Dorian. Joder. Qué bien lo hicieron. Unos diez músicos sobre el escenario. No era la Orquesta Filarmónica pero usaron tropecientos instrumentos para presentar Diez Años y Un Día. Directo más de auditorio que de aire libre pero aún así, juego de luces y sonido al unísono, carisma y letras que calan como la lluvia. De nota. The Kooks siempre es divertido. Sonaron desenfadados y a las tantas de la noche. ¿Qué más se puede pedir? ¿Qué se renueven un poco? Pues también. Por la noche no había lluvia pero sí ruidera de Djs. Una pena que sea tendencia el que desaparezcan del cartel artistas internacionales a lo Editors y abunde la electrónica cada vez más ¿Alguien se acuerda de que vinieron los Simple Minds? A Niños Mutantes, los conocía poco. Después de verles me dan curiosidad. Poco público a pesar de estar muy correctos. Con Mika pasa lo que pasa, cabeza de cartel es sinónimo de mucha gente a tu alrededor, sudor y empujones. Situada tan lejos que al verlo tenía tamaño guisante, aunque con la potencia de sus falsetes parecía tenerlo a mi vera. Bailó, cantó sobre el piano, lo tocó y volvió a bailar mientras cantaba. Un guisante muy dinámico. Everything Everything tocó tres canciones y yo ya había dicho “joder” unas cuatro veces. Inglesada de rock alternativo que entra estupendamente de madrugada. Experimentales son un rato, da gusto el desorden ordenado de melodías. Vinai fue el último que cayó. Dos tíos, en su cabina de DJ, hicieron agitar todas las sustancias psicotrópicas que el público llevaba en el cuerpo. Mucha dureza. Para un rato bien, luego ya los oídos se quejan. Pues todo eso puedo contar. De regalo traigo ropa más húmeda que la entrepierna de Carmen de Mairena, tomo Lizipaina como si fuesen pipas y he visto que en Decathlon las canoas no son tan caras. @mrscarmin Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.