Grezzi bailando Cala Vento. Grezzi con camisita de pillón. Grezzi dándolo todo en León Benavente. Igual que ‘Teo viaja en tren’ o ‘Teo cocina arroz con cosas’, el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia fue uno de los mejores medidores para determinar qué tal salió la edición 2017 del Deleste. El político de Compromís formó parte del star-system valencianí que acudió en masa al festival otoñal: Borja Mompó (líder de Modelo de Respuesta Polar), miembros de Gener, Mireia Vilar o los Meridian Response.También pudimos ver algún VIP plurinacional como el gran Ricardo Lezón, artista sorpresa en la fiesta del día anterior en Electropura y al que podremos volver a disfrutar el próximo 1 de diciembre en Go Bar.

Alrededor del millar de personas (200 según la Delegación del Gobierno y 5 según OK Diario) no quisieron perderse la sexta edición de un Deleste que sigue adaptándose al calendario, gustos y tendencias. Un status camaleónico que le ha hecho convertirse (de nuevo), en festival de un sólo día. Una maratón musical sin runners (afortunadamente) que llevó a algunos a pasar más de doce horas en La Rambleta. Un día de la marmota a base de pop y zumos de naranja que comenzó excesivamente pronto con las actuaciones de L´Emperador y The Vibrowaves ante una audiencia aún dormida. Algún día habrá que hablar de esas bandas que siempre tocan a las primeras horas de los festivales. Son como esos gregarios de los equipos ciclistas que se dejan los huevos en las primeras rampas de la alta montaña y acaban muriendo en la orilla para que otros se lleven la gloria. Bravo por ellos.

El punto de inflexión lo marcó Enric Montefusco. Sin necesidad de Standstill calentó el ambiente con el epílogo de su directo en el hall de la Rambleta. Cuando Cala Vento había conseguido poner en órbita a todos, llegó el interruptus de la comida. Esto hizo volver a reiniciar un proceso que se repitió por la tarde. Un in crescendo que detonó con el plato fuerte de León Benavente. Otro día quiero entender el porqué de las críticas a una banda tan engrasada y tan libre. Coño, que hablan de ellos como si fueran los jodidos Izal. Debates pseudo-mainstream aparte, el grupo de Abraham Boba se anotó el concierto más multitudinario de la corta historia del Deleste. Éramos tantos y tan felices siendo fieras en nuestro refugio, que ni siquiera destacó la camisa de Grezzi.

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