La casa junto al mar: en qué nos hemos convertidoSe estrena la nueva película de Robert Guédiguian, un drama familiar con tintes de denuncia social y reflexión políticaCésar Pereyra 23 marzo, 2018 Director: Robert GuédiguianGénero: Drama Un octogenario hombre sale al balcón de su casa y enciende un cigarrillo. Contempla el paisaje que adorna sus alrededores. Los pescadores y sus pequeñas embarcaciones, las casas de colores, la playa y los pocos turistas que ella acoge, el restaurante en el que por muchos años atendió a los obreros locales así como el viaducto sobre el cual nunca deja de pasar un tren cuyo origen y destino desconocemos. Una calada. Segundos después, su mano intenta aferrarse rabiosamente a una mesa de madera. Su cuerpo cae, aunque no lo vemos. El silencio viene acompañado por el humo del cigarrillo, cuyo ascenso a los cielos es acompañado por un elegante movimiento de cámara y el sonido del mar. “Las virtudes de esta película se manifiestan una vez conocidos y asimilados los conflictos de sus personajes” Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin y Gérard Meylan protagonizan “La casa junto al mar” (2017), vigésima cinta del director francés Robert Guédiguian, y en donde interpretan a Angèle, Joseph y Armand, tres hermanos que regresan a la casa de su padre una vez enterados de su frágil estado de salud. Esta conflictiva estadía abrirá heridas del pasado, enfrentándolos a situaciones que cambiaran su percepción del presente y hará que replanteen su futuro. Con un arranque excesivamente expositivo, las virtudes de esta película se manifiestan una vez conocidos y asimilados los conflictos de sus personajes, tanto de los protagonistas como de quienes acompañan y condicionan su viaje. Entre ellos conocemos a Suzanne (Geneviève Mnich) y Maurice (Fred Ulysse), una pareja de ancianos cuya alegría por ver el éxito profesional de Yvan (Yann Trégouët), su único hijo, contrasta con la tristeza de saberse una inminente carga emocional y económica para él. De naturaleza menos trágica tenemos a Bérangère (Anaïs Demoustier, a quien hemos visto en la macabra “Una nueva amiga” de François Ozon) la joven e independiente novia de Joseph, y al risueño pescador Benjamin (excelente Robinson Stévenin) cuya pasión por el teatro es equiparable a la que siente por el espíritu de Angéle. “La culpa y el perdón. La familia y su herencia. Huir de un pasado que siempre se las arregla para volver.” Guédiguian dirige su vigésimo largometraje apostando por el diseño de sus personajes como elemento clave al determinar la atmósfera de la historia, desarrollada íntegramente dentro de los confines de una bellísima cala marsellesa. Es así cómo el director galo hace uso de flashbacks para retratar su único espacio de acción bajo dos perspectivas: una tierra asociada a una juvenil y cálida libertad, así como el escenario donde la muerte se asoma de manera sigilosa y sorpresiva. La culpa y el perdón. La familia y su herencia. Huir de un pasado que siempre se las arregla para volver. Son muchos los temas y mensajes que “La casa junto al mar” regala al espectador. Aunque ninguno de ellos de factura tan emotiva y elegante como el que surge en su última media hora, y que busca reflejar los conflictos humanitarios que Europa enfrenta en la actualidad. Es allí donde Guédiguian logra transformar miradas y gestos en emociones que dejaron a este servidor con el pecho caliente y la vida marcada. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.