Director: John Krasinski
Género: Terror

Un lugar tranquilo” (2018), es una película de terror dirigida por el carismático actor y director John Krasinski (“The Office” y “The Hollars”, respectivamente), en donde vemos cómo una familia estadounidense, los Abbott, debe sobrevivir al acecho de unas implacables criaturas ¿alienígenas? que se dedican a cazar todo lo que genere ruido. Una propuesta diferente y retadora, especialmente para una industria hollywoodense de naturaleza tan contraria a lo que un concepto como el silencio puede evocar, y cuyos primeros avances promocionales dejaban entrever interpretaciones (tanto de Krasinski como de Emily Blunt y los niños Millicent Simmonds y Noah Jupe) a la altura de una lograda y muy sugerente atmósfera.

Desde los primeros minutos, Krasinski apuesta por la cinematografía de Charlotte Bruus Christensen y el diseño de producción de Jeffrey Beecroft como elementos fundamentales en el tono y estilo de la historia. Ante la ausencia de diálogos, la información se nos hace llegar a través de los espacios, tanto interiores como exteriores, así como los objetos que los personajes usan para llevar una vida normal a pesar de sus difíciles circunstancias. Siendo imposible generar sonido alguno, el lenguaje corporal cobra vital importancia al momento de conocer, entender y empatizar con sus miedos y motivaciones. “¿Qué somos si no podemos protegerlos?”, se llega a cuestionar Evelyn, mujer de Lee y madre de Regan y Marcus, ante la posibilidad de revivir uno de los momentos más dramáticos y mejor logrados de la película.

 

Un momento que llega en los primeros 15 minutos, y que lejos de ser un referente para los 75 restantes, se convierte en el cénit de la película, siendo el inicio de un desarrollo efectista y resolutivo, donde comenzamos a presenciar decisiones y, por ende, actos que desafían hasta el más arbitrario sentido común. Decisiones poco creíbles incluso bajo la lógica interna de la película y cuya irregular ejecución termina por quitarles cualquier atisbo de verosimilitud.

 

A pesar de correcta realización “Un lugar tranquilo” abandona su esencia muy rápidamente, optando por lo genérico y dejando de lado algo tan vital para el género como es la capacidad de sugerir en vez de mostrar. Y si a la posibilidad de esto último le sumamos tan interesante premisa, tal vez los gritos y sustos de la sala hubiesen sido reemplazados por un miedo sigiloso y visceral. Ese que nos acompaña a casa y no se esfuma con las palomitas.

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