Grupo: Primavera Sound_Capítulo del sábado
Sala: Fòrum de Barcelona

Se antojaba que para la última jornada de la décima edición del Primavera Sound estaba todo el pescado vendido. La víspera con el memorable conciertón de Wilco y unos Pavement tan desenfadados como acertados el jueves, los cabezas de cartel habían elevado el listón a lo más alto y ya todo parecía muy complicado. Así que a primera hora del sábado nos plantamos en el Fòrum sin más pretensión que no dejar escapar la ocasión de ver/escuchar la interpretación de La leyenda del tiempo de Camarón y dejarnos sorprender visitando tantos escenarios como fuera posible haciendo auténticos malabares con los horarios. Son las cosas de los festivales. Se cuadró todo y hasta lo que no creíamos necesario, por ejemplo ver a los Pet Shop Boys, acabó desmotando prejuicios y alegrándonos una vez más. Son las sorpresas del Primavera.

La jornada empezó a sumar pronto. Los valencianos Tórtel tocaban en Salón Myspace y la hinchada valenciana, también la Redacción Atómica, tenían una obligación. Pero Jorge Pérez, Manolo Tarancón, Pau Roca, Alejandro Jordá y el fichaje de última hora, Jordi Sapena, se bastaron para incrustar en menos de media hora un bolo repleto de clase y entrega. Su sonido en una soleada tarde a orillas del Mare Nostrum tuvo un añadido muy especial y llamó la atencción a más de uno.
Como quien no quiere la cosa el sonido elegante de los americanos Real Estate nos arrastró frente a las tablas del Pitchfork. Habrá que seguirles la pista. De ahí al San Miguel porque el concierto de Dr. Dog era de los pocas obligaciones que nos habíamos marcado. Sonido apabullante con el pálpito de la tierra (la suya) y unas voces bien conjugadas que por momentos se acercaron al mismísimo Frank Sinatra. Ganaron bastantes enteros con el directo respecto a sus grabaciones.
Rock desde lo hondo, que era como venía el día. Sumábamos tres bandas, tres sorpresas que no podían negar con su sonido el lugar de nacimiento que marca su DNI. Y eso, en tiempos del cut/copy, siempre es de valorar. Tanto, que pensando en el flamenco que nos aguardaba, que la palabra tierra la creíamos imprescindible para el titular.
Como estábamos en racha, seguimos probando suerte con The Clean, trío sin pose forzada que tiene su toque en el juego de voces incluso prescindiendo de las seis cuerdas en varios de sus temas cargados de psicodelia. Merecen también atención. Mujeres y Standstill jugaban en casa y en el escenario más cercano y recogido. Los primeros nos agitaron con su rock acelerado y con versiones de clásicos como Run, run run de la Velvet Underground. Los segundos, con su acusada personalidad.
Era la hora de meterse en el Auditori del Fòrum. La interpretación de La Leyenda del tiempo con motivo de su 30 aniversario pensada para la ocasión era ineludible. También ver cómo encajaba en el paraíso del indi una lección de flamenco. Sin duda, las emociones erizaron los pelos aunque no tanto como hubiéramos deseado. Tal vez sobró orquestación y faltó hondura. Pero el conjunto con Duquende a la voz, la aparición estelar de Kiko Veneno cuando le llegó el turno a Volando voy, y sobre todo las dos bailaoras, que se convirtieron en las grandes protagonistas, cargaron de magia el espacio. Hasta la bata de cola cortaba el silencio. Y el final con la pieza que da nombre al disco fue sobrecogedor.
A la salida nos informaba Tomi de que Grizzly Bear se había marcado un conciertón. Y es que allí no había quien se aburriese con altas dosis de cálidad. El Primavera Sound se reafirmaba como festival de referencia y en los tres días no ha dejado de llevarse parabienes desde las mismas tablas en estos tres días: «es el festival donde todos queremos tocar» se llegó a decir y en ese disfrute se esmeraron gran parte de las bandas anunciadas y muchas consiguieron alcanzar momentos difíciles de olvidar.
Un par de penas: a The Charlatans sólo los ecuchamos desde la lejanía y a Buit to Spill ni nos acercamos. Y algunos pinchazos: de Dum Dum Girls lo que más nos gustaron, incluso antes de su concierto, fueron sus largas piernas; Gary Neuman no logró engancharnos; a Eatliz si no llega a ser por su sugerente frontwoman no le dedicamos ni medio minuto; y de Health, que fue a última hora apenas nos acordamos.
Como las circunstancias lo permitieron, nos metimos en la marabunta que se agolpaba ante los Pet Shop Boys y fue de las mejores decisiones. Maestros del pop, ofrecieron un gran espectáculo: por decorados, iluminación, vestuario, coreografías y, sobre todo, por su impresionante colección de canciones. El tsunami que provocaban sus hits alcanzaba incluso a los que más alejados estaban del escenario. Más que satisfechos nos adentramos en la sesión de Dj Coco, como el jueves en la de Marc Piñol, hasta que el Primavera Sound echó el cierre de su décima edición cubierto de gloria.
Porque inolvidable será por mucho tiempo el concierto de Wilco y más de uno lo colocará, sin duda, entre los mejores de toda una vida; porque no todos los días uno se reencuentra con Pavement y descubre que el indi lo inventaron unos tipos de tremenda naturalidad y nada estirados; porque Pixies, The XX, Broken Social Scene, The New Pornographers, Nueva Vulvano, Japandroids Cohete, Condo Fucks (los Yo La Tengo en sus ratos libres) también dijeron, entre otros, y bien, la suya. Lo dicho, mucha gloria tuvo el Primavera Sound y por eso es, tal vez, el festival donde todos quieren tocar.

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