Mediocridad en el Tinglado 2Nando 19 noviembre, 2009 Grupo: The Pains of Being Pure at Heart + Atlas SoundSala: Heineken Greenspace Estuve a punto de escribir estas letras ayer cuando llegué a casa, a medias por eso de hacerlo en caliente y a medias por el temor de que hoy se me hubiera olvidado todo lo que vi ayer, pero lo hago unas horas después y he de confesar que con un gran esfuerzo memorístico. Será que no soy tan moderno como yo me pensaba, pero lo de ayer (y me refiero a los cabezas de cartel) me pareció algo burlesco. Primero porque a la llegada al recinto, y sin habernos dispuesto aún frente al escenario juraría que oí cómo el propio Atlas Sound, Bradford James Cox, decía al micro algo así como “how about you suck my dick?”, insto a algún lector a que me corrobore o por el contrario constate mi sordera. Suponiendo que esto fuera así, se podría catalogar como lo mejor y más inquietante de su actuación. Lástima, porque como tantos otros me había estado informando y por varias fuentes de consulta respecto a las otras sucursales del Heineken Greenspace, se rumoreaba que iba a ser lo estelar de la noche. Segundo porque, aunque a un concierto que yo sepa se va a escuchar al artista, eso es algo que en este país o por lo menos en esta ciudad no acaban algunos de tener demasiado claro. Y aunque me cueste un huevecito decirlo, el líder de Deerhunter no hizo mayores esfuerzos para atraer la atención del (a veces) respetable. “No, es que es un rollo tranquilo” : Sí bueno, yo más bien diría un soberano coñazo. “Ya, pero es que se coge las pedaleras y se crea loops y toca sobre ellos”: Una cosa es eso, otra bien distinta el parecer que estás en la tienda de instrumentos probando acordes sin sentido antes de llevarte tu nuevo juguetito a casa. “Bueno, pero es que es el de Deerhunter”: Cierto, de otra manera probablemente no hubiera estado allí arriba. Absolutamente nada salvable entre los “Sheila”, “Recent Bedroom”, Kid Klimax” “Quarantined” y demás. Y llegó el turno de uno de los productos hype de esta temporada, los neoyorquinos The Pains of Being Pure at Heart. Suscribo lo escrito unas líneas más arriba, debo estar volviéndome un carca. Y no es que estuvieran mal, es que sencillamente es como si no hubieran estado. Su álbum homónimo destila registros altos, con baterías y bajos en muchos momentos apenas perceptibles, ayer atronaban los graves y todo el rollito low-fi se fue casi que por el retrete. Y una vez les quitas eso, cruzaron la línea que les separaba de infinidad de bandas made in high school que colocan el single de rigor en películas tontas americanas. Cabe decir que el concierto fue ganando en intensidad, que no en emotividad. El juego “atrueno con overdrive pero te susurro las letras al oído” está más que visto, y ojo, me parece más que respetable ya que todos sabemos, en esto de las siete notas está todo inventado e incluso para qué negarlo, me encanta ese rollito. Y es por eso que quizá me sentí molesto conmigo mismo, y (casi) ahora mismo ante el teclado, pero coño, es que en esto del moderneo no es oro todo lo que reluce. El set list casi que me lo ahorro, ya que se pulieron todos los temas del disco, al cual no hizo honor el directo de anoche. Tristemente no pude ver a ninguno de los finalistas, por problemas de horario, pero enhorabuena a los premiados. P.D. Que los dioses gafapasteros me perdonen. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.