Tagomago Fest 2020: la rabia y las emociones contenidas brillan en la oscuridadEl peculiar contexto intensifica las sobresalientes sensaciones que deja el festival celebrado en La MutantCynthia Cruz 31 julio, 2020 Grupo: Varios artistas Sala: La Mutant Durante estas últimas semanas, ya incluso meses, nuestro calendario individual, y principalmente, colectivo se ha visto marcado por las llamadas ‘fases’. Se han atravesado, se han regresado a ellas, se han marcado unas líneas no tan imaginarias en los confines de nuestras vidas que nos decían que podíamos hacer y que no. Cualquiera que gozara de la lucidez suficiente ha entendido cuáles eran las causas, y en la mayoría de las conciencias, se ha sucedido cierto ejercicio de justicia mental. Estamos cansados de oír una y otra vez sobre cómo esta crisis nos ha hecho mejores y hemos adquirido sabiduría vitalicia. Esta crisis es el preámbulo de una a mayor escala en lo económico, y sobre todo, en lo social. Cuando hablamos de fases me cuesta desligar de mis pensamientos la comparativa con el largo y angustioso proceso de duelo. La sensación resultante, unas de las escasas lecciones magistrales que he podido extraer, es que desde el principio la única fase que hemos atravesado es la de negación. Porque somos humanos, somos errantes y nadie nos ha enseñado en ningún momento a lidiar con ninguna de las situaciones que nos suceden a lo largo de la existencia. Imaginaos qué posibilidades había frente a una pandemia mundial. Esta sacudida estructural, este nuevo guion que se nos impuso de la noche a la mañana, ha dejado víctimas de forma transversal. Un huracán ensordecedor que ha silenciado el bullicio cultural de una ciudad tan fecunda como València. Súbitamente la agenda cultural de los pasados meses quedó despejada de forma indefinida, y con ella huérfanxs sus participantes. Hacíamos mención a las fases del duelo anteriormente. Aunque así parezca confirmarlo el tono de los párrafos anteriores no hemos perdido nada. O al menos no hemos perdido nada que no podamos recuperar. De esta manera, no es necesario que atravesamos todas esas fases. Obviemos la ira y la depresión. Pasemos de puntillas por la negociación, donde allá el ego de cada unx desempeñe el papel que crea oportuno. Regodeémonos en la aceptación, no comprendida desde la pasividad y el conformismo, sino desde la constancia y la pasión que han definido tradicionalmente el carácter y el buen saber de los actores y actrices de la escena cultural valenciana. Vivo ejemplo de ello es la organización que organiza uno de los primeros grandes festivales de esta ‘no tan nueva normalidad’. El festival Tagomago Fest, uno de los resultados más visibles de toda la labor musical y artística que lleva a cabo la organización Verlag System, celebraba su sexta edición este pasado fin de semana del 24 y 25 de julio. Un festival que a pesar de las dificultades que encontró en su pasada edición es un ejemplo de la constancia y savoir faire valenciano. Tras el forzoso aplazamiento en el mes de junio que dejó la situación en suspense, lxs devotxs de los sonidos y vertientes más alternativas pudieron soltar un suspiro de alivio al conocer la nueva fecha. Cumpliendo con las pertinentes medidas de seguridad, entre las que se incluyó muy a pesar de los organizadores una reducción súbdita de aforo, los fieles nos refugiamos del inclemente Sol bajo la cubierta del techo del auditorio de la Mutant, que abrió sus puertas excepcionalmente en estas fechas, convirtiéndose en una ocasión más en un fuerte para la cultura valenciana y nacional. Cabe añadir que en el interludio de todas las actuaciones estuvo presente Sono·lab, el laboratorio sonoro a cargo de Guilles Martín, presentando Realidad Virtual DJ Set, una clara expresión de la dirección innovadora y democrática que están tomando las nuevas creaciones sonoras. VIERNES 24 La primera jornada del viernes estuvo marcada por la rabia y las ganas contenidas, y por un claro predominio de los sonidos oscuros e hipnóticos de los sintetizadores de los protagonistas. Y la primera actuación se presentaba como un misterio absoluto para nosotrxs. De Sistema no sabíamos gran cosa (nunca pensamos que en pleno siglo XXI Internet no tendría la respuesta a nuestras inquietudes, vivimos tiempo extraños), más allá que su formación se remontaba a finales del año pasado y entre sus integrantes podíamos reconocer caras conocidas de otras formaciones valencianas como Finale, Sufre, Ruïna u otra de las bandas del cartel de esta edición, Mausoleo. La promesa de un pop que mezclase oscuridad, melancolía y lo hiciera con cadencia y contudencia parecía suficiente. Así que tuvimos que esperar a ver qué se desarrollaba en el auditorio de la Mutant para comprobar si tan reveladora combinación se trasladaba eficazmente a la realidad. Un directo amable, con nervios enternecedores, con un tono que bebe directamente del pop-rock, y que nos dejó con genuina curiosidad ante la primera tirada de su futuro material editado. Dame Área son Silvia Konstance y Viktor L. Crux (Nurse With Wound, Einstürzende Neubauten), y también son paradigma representativo de la esencia del sello Màgia Roja (Barcelona). El inicio de su actividad se remonta a 2018, momento en el que comenzó a girar la maquinaria de este danza ritual y, casi podríamos añadir, macabra. Ritmos marcadamente tribales y primitivistas chocan con otras influencias como la vertiente más industrial del postpunk o el krautrock Una revisión onírica en la que se aprecia una mescolanza de sus referentes abiertamente proclamados Franco Battiato, Dino Buzzati, Coil, Suicide y Gary Numan. Este otoño, si todo marcha según lo previsto verá la luz Tribal Waves, bajo el sello Mannequin. Un trabajo que anticipan se aproximará a la corriente cold wave. Mientras ese momento llega nos dejaron con un directo inusual, con una enorme cantidad de temas inéditos que desperteron las más profundas inquietudes de lxs oyentes y encandilaron a partes iguales. VVV [Trippin’you] fueron uno de los últimos grupos que pasaron por Valencia antes de que se proclamase oficialmente el apocalipsis. Y lo cierto es que no se nos ocurre mejor preludio. Sonidos bakala que cantan a la ansiedad, a la muerte y a los sentimientos más oscuros del ser humano, pero que no podrás evitar bailar. Aunque en esta ocasión tuviera que ser la mayor parte del siento sobre unas butacas que no pudieron parar de tambalearse. Un auténtico delirio lírico e instrumental que se intensifica con la puesta en escena de San Fierro, Elinor Almenra y Adrián Bremmer. Una de las actuaciones que demostró ser de las más deseadas y en la que sonaron temas tanto de su debut, L’ennui (Autoplacer, 2018), como de su segundo y más reciente EP, Escama. Un lanzamiento presentado en febrero de este año y que ha acabado consagrado como una obra profética. Esta edición pone en relieve la vida y obra de algunos de los mejores álbumes de este primer y aciago trimestre de 2020. Dolo (Humo Internacional, 2020) es uno de ellos. Somos la Herencia tienen algo de primitivo, de tribal y de punzante. Una sensación más dulce que agria que arranca desde la boca del estómago y serpentea hasta los despertar tus procesos sensoriales más íntimos. Una muestra de la alta calidad que se mueve en la escena darkwave madrileña en la que se atreven a introducir buenas dosis de witch house. Un broche a una noche emocionante que enmudeció a lxs asistentes y cuya lírica convirtió su actuación en una sucesión de narrativas visuales sobrecogedoras. Prácticamente, sin querer caer en las manidas muletillas del periodismo musical, una experiencia cuasi mística, probablemente intensificado por un contexto peculiar como ningún otro vivido desde el nacimiento del festival. Somos la Herencia SÁBADO 25 Aún recuperándonos de las emociones vividas en la primera jornada y sin excesiva tregua, arrancamos la jornada del sábado con otros de nuestros favoritos, Alfa Estilo. A Alfa Estilo los recordamos con gran cariño por su actuación en el Umbral Benefit Fest, como así lo hacemos al local que injustamente tuvo que bajar su persiana antes de que todo esto estallase. Alfa Estilo está compuesto miembros de La Plata y Finale, dos de las bandas que más ruido han estado haciendo en nuestra ciudad en los últimos tiempos. Techno punk de corte autoritario, un desarrollo escénico impecable y mucha rabia contenida que elevó la actuación justo al punto de nuestras altas expectativas. Un directo breve, que si bien no es fácil de ver, recomendamos encarecidamente a cualquiera que tenga la ocasión. Son muchos e interesantes los elementos que se conjugan en el proyecto conocido como Mauselo. La banda que iba a inaugurar la nueva temporada de conciertos de La Marina y que lamentablemente vio cancelada su actuación, venían con ganas y se notaba. Un estilo actual que tiene marcadas conexiones con el punk de corte más clásico. Hace escasamente un par de semanas estrenaron En el final, un adictivo single que nace como el adelanto de su primer LP, Absolución (Desorden Sonoro, Flexidiscos). Un corte que demostró ser muy eficaz para el directo y que enmarca un trabajo que según lo previsto (si es que aún tiene cabida la planificación) verá la luz este otoño. Se abre un periodo de consolidación para una de nuestras formaciones más prometedores por lo que respecta al postpunk patrio. Una banda que en muy poco tiempo ha adquirido una innegable pericia en sus directos, donde demuestran una intachable sincronía. El siguiente turno fue para el trío experimental instrumental Gambardella, una ecléctica formación clásica barcelonesa de guitarra, bajo y batería a la que se unen sintetizadores y efectos. Composiciones que recorren un amplio espectro geográfico cuyo foco principal está en el Mediterráneo. Óscar, Jaime y Víctor se han definido en alguna ocasión como bon vivants: románticos y vividores. Lo que sabemos a ciencia cierta es que destilan un buen rollo increíble sobre el escenario y que están dispuestos a romper con todos los convencionalismos posibles. Es una banda que sorprende y destaca respecto a la línea tomada por el festival en esta ocasión, pero que se mimetiza a la perfección por resultar, al igual que las demás, una propuesta excepcional. El cierre vino con Wind Atlas, quienes presentaban por primera vez en directo su cuarto trabajo de estudio, Arche-Fossil (Conjunto Vacío, 2020). Una buena muestra de sonido industrial donde la electrónica ha ganado notable terreno y no tiene miedo a mostrarse sin titubeos. Una realidad que se constató este pasado día 3 de julio, al publicarse su álbum de remixes. Un grupo que es experto en lo atmosférico y que resultó, en el mejor de los sentidos, como un anestésico capaz de paliar la agridulce sensación que se produce al finalizar otra edición de este gran pequeño festival. Y así llegamos al final de otra edición del Tagomago Fest. Una edición sin lugar a dudas atípica, donde se han tenido que realizar sacrificios (especialmente por parte del equipo técnico y directivo), donde el zapateo desde la butaca ha sustituido a los pogos en la pista de baile. Una edición preeminentemente oscura pero que ha sabido brillar, dándonos una pequeña tregua a quienes no pisábamos un concierto desde el ingenuo febrero. Una edición en la que se ha agradecido la presencia de quienes han asistido, pero también de aquellos que quisieron y no pudieron estar. No podemos predecir qué pasará en las próximas semanas, pero sabemos que ha supuesto para nosotros la celebración de este evento. Un canto a la vida, una bocanada de aire fresco necesaria, un empujón extra para todo lo que pueda venir. Una vez más, larga vida al Tagomago Fest. Alfa Estilo Mausoleo Sistema Wind Atlas Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.