Grupo: Burrito Panza
Sello: El Genio Equivocado
Año: 2018

El tercer disco de los albaceteños Burrito Panza, tras una ausencia de tres años desde que apareció “Una familia desestructurada”, es una gran colección de canciones sobre las que planea la sombra de Surfin´ Bichos. Y esto es debido a que sus componentes formaron parte de la banda (la sección rítmica es la misma), así como de Mercromina, Travolta y Alienistas, los proyectos posteriores a la disolución de los Bichos. Sirva esto de manera orientativa de lo que vamos a escuchar, temas con melodías de corte pop con una voz susurrante. “Un nuevo frente frío” ha sido producido por Paco Loco, al igual que el anterior, y como dice en la nota que acompaña, tendría ser un éxito rotundo, y no le falta razón.

En este nuevo trabajo se muestran más sólidos y compactos, desde la primera canción “Léeme el pensamiento”, con unas guitarras afiladas y un sintetizador que parece aullar, pasando por la enérgica “Entrañable y lamentable” y su melodía adherente. En “El rayo loser” la sección rítmica está tremendamente marcada, al igual que los teclados hacen lo propio sobre la onírica “Soñando demasiado”. El final in crescendo y desquiciado de “La esquina torcida” sirve como cierre de la primera parte del álbum.

La suavidad de “Una farmacia abandonada”, con una historia curiosa nos conduce a “Autolavado de cerebro” donde el teclado nos muestra algunos elementos de la canción popular. Con más de cinco minutos de duración, “Una octava parte de mí” es la canción más extensa del álbum y la más reposada aunque de intenso final. “Barcelona” es una melodía pop e incluye unos vientos sintetizados y coros de Isabel León, coautora del tema.

Para terminar, “Saudade 47” está construida sobre una caja de ritmos, con una estructura sosegada, cerrando el álbum con “Odio a mi jefe”, que quizá sea la canción más delirante, y en la que más se nota la experimentación que ejercen en el disco. “Un nuevo frente frío” es un buen trabajo de Burrito Panza, el mejor hasta la fecha, pero las influencias no se pueden negar y el sonido clásico les acompaña.

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