Entrevistamos a: Antoni Aura (Tagomago)
Redactor: Sergio F. Fernández
Género: Festival de música underground
País: España

El volumen 4 del Tagomago se vislumbra en el horizonte. Este fin de semana, 22 y 23 de junio, Las Naves acogen la 4ª edición del Festival de Música Electrónica y Experimental. Por ello hemos querido hablar con sus organizadores para conocer los entresijos del evento que se ha manifestado como una de las grandes sorpresas de la escena valenciana en el último lustro.

¿Cómo se mantiene fiel a su cita un festival como el Tagomago, ajeno a modas y radiofórmulas?  

Es complicado explicarlo en unas lineas. Tenemos una dilatada experiencia en la producción de conciertos, en mi caso más de una década, hemos hecho radio, por lo que estamos familiarizados en parte con los medios de comunicación, editado discos, otros socios son músicos, etc. En definitiva, somos una asociación dedicada a la promoción musical y cada uno aporta su pequeño grano de arena para desarrollar el que al final se ha convertido en nuestro proyecto más ambicioso del año, que es el Tagomago. Aún así intentamos resaltar a agentes, artistas, instituciones, que aún conservamos cierto componente amateur y que no es un festival al uso. De hecho nos gusta esta idea porque en cierta forma es nuestra seña de identidad, recuperando eventos de los ochenta o de inicios mediados de los noventa, donde no estaba tan mercantilizado este proceso y por ende profesionalizado y aún era más romántico y pasional que cerebral. En nuestra mente no entra traer un artista sin ningún motivo o por lucrarnos, además de que iría contra los fundamentos de la asociación, siempre hay algo que nos atrae de su obra, desde que lo consideremos historia viva, nos apetezca echarnos unas risas y pasarlo bien, pongamos su disco a menudo en el plato, nos carcoma por dentro algo misterioso que hayamos leído sobre su música, etc. Todos estos aspectos y motivaciones hacen que tengamos un público pequeñito, hasta el momento, pero fiel y un festival humilde pero fresco y ajeno a modas.
¿Cuáles son los principales cambios que podéis ver desde la organización desde la primera edición a este 2018? 
Lo hemos comentado ya en alguna entrevista. A lo mejor nos equivocamos o precipitamos y como nos dijo algún fan o amigo del festival,  quisimos ser algo que no somos. Aunque también hubo gente que reforzó la propuesta y le pareció arriesgado que nos saliéramos del dogma electrónico para acercarnos a sonidos más populares. A fin de cuentas existe también un «mainstream» electrónico y nosotros no somos gente cerrada, respetamos las distintas corrientes que existen en la música electrónica o mejor dicho músicas o sonidos electrónicos. Pero tampoco observo cambios sustanciales, en todo caso hemos dado un paso adelante y ahora ya no sólo traemos a nuestros clásicos españoles sino también a los clásicos europeos y creo que eso también universaliza el contenido del festival. Es más, abre el festival a la sociedad y consecuentemente a Valencia a más públicos. Como planteabas antes, nuestra intención no es abrirnos atendiendo a la demanda del mercado o a las modas, haciendo un festival de mujeres o con un componente visual fuerte, creemos que en se sentido hay festivales muy interesantes en nuestro país e incluso en nuestra ciudad, sino como reza nuestro manifiesto apoyar y consolidar la escena subterránea o underground española y de paso intentar traer aquellos músicos que consideramos que han sido referentes o discos de cabecera de estas nuevas generaciones de artistas del subsuelo que van contracorriente.
El Volumen 1 (2015) era presentado como ‘encuentro de oscilaciones cósmicas y música experimental’ ¿Tras cuatro años estáis más cerca de ese añorado espíritu ibicenco que sirvió de inspiración para discos fundamentales como el CAN?
Buena pregunta. Soy el único componente de la organización que permanece desde la primera edición y el que ideo o, para no sonar egoísta, propulsó esta idea con otros amigos. La verdad es que quiero preguntárselo a los amigos que se fueron porque tal vez sean más objetivos que yo.
En mi opinión, por lo que he hablado con alguno de los que se han ido de la organización, creo que sí, que hemos dado un puñetazo en la mesa en ese sentido. El festival es más CAN que nunca en cuanto al espíritu ibicenco y además le hemos dado un toque de luna de valencia, que nos devuelve a los añorados tiempos de los años 80. Dos periodos que marcaron nuestra cultura musical, tanto la ibicenca como la valenciana, en particular la cultura electrónica. Quiero decir, contar en un mismo mes con Rother, Lenaers, Bol, Orfeón, El Aviador, Espiricom… todos ellos mencionan en algún momento que han machacado circularmente su cerebro con discos de Neu!, Can, Tangerine Dream, Harmonia, Cluster, Brian Eno, Heldon, Fripp-King Crimson, Soft Machine, Henry Cow y descendientes. De hecho, ¡Michael Rother era el 50% de NEU! y 1/3 de Harmonia! ¡Qué te voy a decir! Sí, cada día abrazamos más el cosmos.
¿València es una ciudad trasnochada o la electrónica hizo de València una ciudad que vive por y para la electrónica? 
València fue una ciudad trasnochada para bien y para mal. Los amigos que vivieron más intensamente aquella época (soy más de los 90) dicen que la Unión Europea lo cambio todo. También dicen que para bien y para mal. Siempre hemos abrazado la electrónica pero no podemos negar que ha sido una ciudad en este sentido que ha vivido ciclos. Las generaciones o quintas en todas las ciudades suelen funcionar por periodos de acción y reacción. Por lo que hubo una etapa a mediados-finales de los 90, en que se había pervertido la movida de los 80, que no podemos ignorar que renegó de lo que había supuesto la edad dorada de la cultura de club valenciana. Es el periodo que autores señalan que se trasladó el movimiento hacia Cataluña e incluso los productores valencianos señalaron una paulatina pauperización y simplificación de las producciones electrónicas. Poco a poco comenzamos a mirar con mayor intensidad hacia el extranjero. Como señala Fran Lenaers o Francisco López, desde otro campo, siempre hemos tenido un déficit en este sentido y resaltado el baile o las creaciones que vienen desde fuera frente a lo nuestro.
Después vino una época de cierto oscurantismo, se hablaba de lo que fueron aquellos años y así sigue siendo. Nos obsesionamos en actuaciones gratuitas, traer grandes nombres de fuera, querer ser lo que no éramos, imitando a pequeña los festivales que han ido creciendo en Barcelona y buscamos la viabilidad de los proyectos rápidamente con la constante respiración asistida de las ayudas públicas. La crisis, entre 2008 y 2011, rompió todos estos proyectos de cristal. Creo que nos equivocamos en una cosa al mirar hacia Barcelona y no fue tanto al dejarnos influir por sus corrientes de selección artística. Pensamos que allí las cosas se hicieron rápidamente y quisimos atajar. Si miramos algunos de estos festivales fueron procesos progresivos y ante todo, tuvieron inversión e iniciativa privada. Es fundamental si queremos que en Valencia «reviscole» la electrónica y crezca la semilla, tindrer trellat, reincidir en la necesidad de la participación privada y concienciar al público que su apoyo personal y económico es fundamental para que la máquina de vapor eche de nuevo a andar.
Chimo Bayo, Aviador Dro, Mick Clarke… ¿cuál es el dj o grupo que aún no habéis podido cerrar para el Tagomago? 
mmmmmmm pues sin duda hay nombres que han surgido por parte de unos u otros componentes de la organización. Eso supondría ponernos a hablar de la celebración del primer lustro de vida del festival. Ya tenemos un músico apalabrado, que al igual que Michael Rother, es capital para entender no tanto la electrónica sino la música experimental contemporánea. No te puedo decir nombres que queremos traer para este quinto aniversario porque sería complicarnos las cosas.
En cuanto a sueños, pues este año hablamos con gente de Einstuerzende Neubaten, querían venir pero se nos iba de las manos por costes (volvemos a la necesidad de apoyos privados porque los mimbres los tenemos), y sin duda, otro gran nombre sería Kraftwerk.
Pero bueno, nos hemos convertido en una máquina de convertir sueños para gente de esta ciudad y por lo que vemos y escuchamos ultimamente del país; hemos logrado objetivos que nunca hubiéramos pensado hace cuatro años para Valencia y la Comunitat y no descartamos nada. A buen seguro que el quinto aniversario seguiremos en esta linea y en un principio ya hemos logrado que el Ajuntament de València nos tome como referente y agentes culturales trascendentes de la música electrónica de este país como Rotor, que colabora con la Casa Encendida, o el año pasado el C.C. Convent de Sant Agustí de Barcelona o la marca de cerveza Turia, que es una empresa privada que se ha sumado al proyecto y que ha captado el mensaje de Tagomago Fest. En definitiva, si remamos todos en el mismo sentido, artistas, público, instituciones y mecenas o inversores privados, hemos demostrado que cualquier sueño es factible y hay formas más económicas que con macro proyectos de poner a Valencia en el centro de los globos terráqueos culturales.
¿Y que espectáculo tenéis más ganas de ver en esta 4ª edición? 
Uffff muchossssss Isa, una de mis socias, está obsesionada con las actuaciones de Francisco López y Rabih Beaini. Sobre todo del primero. También Martí Guillem le gusta mucho y lo seleccionamos después de que presenciara una de sus actuaciones. En mi caso, sin duda la combinación Orfeón Gagarin-Michael Rother me pondrá la piel de gallina y Lazharus suenan como una auténtica apisonadora. Emi, también en la asociación, quiere ver a la gallega Mounqup, que es una de las artistas más enigmáticas y magnéticas de esta edición.  Uba también apuesta por Michael Rother. ¿Quién no quiere ver a Rother tocando Hallo Gallo o Flammerade? Estrato Arborea todos los que me han hablado sobre él, dicen que es una maravilla en directo. Pedro Bol es una institución entre los djs jóvenes valencianos y hay gente que va a venir sólo para escuchar su sesión.
Por último, explica en una frase qué es el Tagomago para aquel que lo desconozca por completo. 
Mejor, este es nuestro manifiesto:
El TAGOMAGO FEST toma su nombre del islote situado en el extremo nororiental de la isla de Ibiza, que sirvió como inspiración para el título del segundo LP de CAN. Estos dos elementos, tanto la isla como el mítico disco de la banda alemana, han influido en la organización de este evento que pretende ser una radiografía de la electrónica subterránea nacional. Esa misma que explora desde los paisajes internos del territorio urbano y la psique buscando su conexión con otros mundos que están en este. Una pequeña muestra de la electrónica analógica como medio de exploración de territorios que pueden no existir siempre, pero si de vez en cuando.

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