Al menos una vez al año sufro de ausentismo lírico. Dejo de segregar palabras y vomitar acordes porque no los encuentro, no los siento o simplemente no es el momento. Ces’t la vie!

El proceso es enfermizo (sin llegar la sangre al río) y empieza cuando durante unas semanas intentas pescar y no consigues sacar ni un sólo pez.

Las fases de esta dolencia parten del punto más espiritual: volver dentro de ti, la búsqueda interior, las preguntas existenciales, organizar las vivencias, las historias y observar. Todo muy zen, muy regenerador y muy bonito, hasta que pasan los días y llega el punto más histérico y dramático: te odias, te castigas, no encuentras las palabras, te presionas, te vuelves a odiar, te preguntas ¿por qué? gritando al cielo y en ese momento te das por muerta.

Durante ese espacio temporal esperas con ansia regresar de las cenizas. Son muchas las preguntas que te invaden y pocas las respuestas. Así que prosigues la búsqueda a ciegas hasta que sin darte cuenta, sin saber muy bien cómo ni por qué: resurges. Llega ese preciado momento. Llega tras el trabajo, el tesón, el asomo al abismo y, quizás, tras la alineación de planetas necesarios, pero algo hace “click”.

Llega porque todo vuelve, y entras en un trance que ni las mejores drogas pueden proporcionar. Escribes más rápido de lo que tu cabeza puede asimilar, hablas contigo para ti, tocas y todo encaja. Encuentras las palabras, y los acordes, y la historia está lista para salir al mundo, la has descubierto y ella te ha descubierto a ti. Hay una sensación de abrazo mutuo, todo está en comunión, sonríes y te fumas un breve cigarro contemplando al recién nacido.

En ese momento vuelves a la vida, y te traes contigo un tesoro que no sabes donde irá pero por el que ha valido la pena estar muerta.

PD: Venecia es el distrito del Grao de Gandia donde Gabi tiene la casita en la que nació Flaco Favor. Allí empezamos a ensayar, allí está el estudio de Gabi en el que estamos preparando nuestro segundo disco, allí hacemos nuestras comidas de empresa, allí está el alma de FF y por eso elegimos “Desde Venecia” para titular este pequeño espacio que nos ha cedido amablemente Redacción Atómica y en el que os contaremos cosas sin importancia pero importantes.

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