Manual de uso:

De nuevo, hago llamamiento a no posicionarse. El análisis del concepto “contradicción” es el núcleo de estos textos. Se presenta el blanco y el negro en un caso extremo, pero hay toda una paleta de configuraciones posibles. Cada cuál configure la suya, aunque luego la deje marchar, pues de nuevo, no hay que posicionarse.

 

“Individuo X” habla con sus antiguos compañeros de colegio.

  

No entiendo por qué insisten.

Solo hay que usar la razón.

Una lengua muerta es una lengua muerta.

La historia avanza.

Si nos hubiéramos aferrado a los mismos conocimientos

y costumbres de una determinada época, qué se yo,

el medievo mismo,

¿No seríamos unos retrógrados?

¿A que nadie nos discute eso?

¿Y por qué insistir en no dejar morir algo que pide

a gritos su suicidio?

El dialecto deja de usarse, en cuanto finaliza su vida útil.

Exacto, sí.

Lo que tú dices.

Obligarnos a seguir utilizándolo, eso sí es retrógrado.

¿Qué línea delimita al progresista del retrógrado?

Que no nos vengan con lo de defender la cultura.

Encima esos defensores son los que

hace no tantos años te descalificaban por hablar el dialecto.

La gente no es estúpida.

Sabemos valorar.

Si el humano de lo que no peca es de su habilidad

por aferrarse a su propio interés.

Todos desterramos lo que ya no nos hace falta.

La multitud se une en la inconsciencia para dejar morir,

lo que debe morir.

Ay, las lenguas bárbaras.

Que se queden en las bibliotecas.

Pero no quiero verlas en mis guías,

mapas,

letreros del hoy.

Quiero funcionar con eficiencia.

 

“Individuo X” habla con sus amigos de la universidad

tras salir de una obra de teatro.

 

Por fin, el gobierno que queríamos.

No entiendo cómo hay gente que aún insiste.

Sólo hay que usar la razón.

Una lengua propia será siempre un tesoro.

Aunque avancemos,

¿Nuestra lengua no es acaso

un recuerdo histórico que nos identifica?

Es de retrógrado que hoy en día se piense en

dejar morir nuestra identidad.

¿Acaso es progresista defender una lengua única

que nos cubre a todos con la misma capa?

¿Y los matices? ¿Y la cultura propia?

Encima muchos defensores de la muerte del dialecto,

olvidan que hace tiempo defendían su lengua con el puño en alza.

Ahora viven engañados por su necesidad de pertenencia,

posicionándose en el lado equivocado.

La gente es estúpida.

El humano en lo que no falla es en su habilidad

por aferrarse a su propio interés.

Y como el interés actual es puramente económico,

la inutilidad parece clara.

La multitud se une en la inconsciencia y deja morir

lo que a veces no debe morir.

Lenguas bárbaras, las llaman.

Que se queden en las bibliotecas,

dicen.

Quiero funcionar sin olvidar mi cultura.

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