Primeras Veces_Cap.3

Hola, atómicos amigos!

Aquí de nuevo Holy Paul, volviendo de las duras fallas, y poniéndonos otra vez al teclado para hablar de primeras veces. La de hoy es amarga, pues queríamos hablar de las primeras veces que uno se encuentra con el establishment, con la radio fórmula, con el sistema.

Como ocurre en la vida misma, uno entra en la música inocente como un niño, deseando pasárselo bien y, como mucho, molar a sus colegas. Pero Satanás El Embaucador es poderoso,  y a menudo tienta a los inocentes melómanos convirtiéndolos en estrellitas de ego desmedido, promotores de eventos que se enfadan cuando no vas a sus fiestas, o generadores de opinión que no tienen problema en descuartizar proyectos atentatarios contra sus carneritos de oro.

Al final uno no es muy diferente de lo que hace, y cuando decide defender la conservaduría no es más que un conservador. Ya sea haciendo temas manidos, mezclas arquetípicas, apologías hipertradicionalistas o intentando hundir a quien le molesta, aunque luego le tienda la mano sonriente. But don’t let nobody bring you down.

Lo bueno de nuestra escena es que también tiene un buen número de herejes (pobres, pero valientes). Así es que si alguien tiene en mente entrar a tocar por Valencia, advertido queda. Hay buenos amigos y algún caciquillo por el camino. Lo crucial es mantener una líbido saludable y seguir excitándose al tocar para un puñado de colegas, no obsesionarse con caerle bien a todo el mundo y no firmar un contrato vendiendo el alma, la primogenitura o a un amigo: eso te convierte en ortodoxo, cuñao y machaca.