A raíz de la publicación del artículo “Festivales con encanto” en esta Redacción Atómica, me han venido a la memoria todos esos pequeños encuentros sonoros que se han ido quedando por el camino; la mayor parte de ellos, organizados por ayuntamientos locales que en época de bonanza económica no dudaban en programar su festival de pop-rock y, además, de manera gratuita en casi todos los casos.

Hubo un tiempo, cuando empezó a darse a conocer todo esto del indie y su posterior popularización, que cada pueblo quería montar su propio festival. En Valencia tuvimos el Ecléctic o el MTV Winter, por nombrar algunos, a cargo del Ayuntamiento; y otros como el Greenspace o el Observatori en los que apoyaba el Consistorio pero en los que también participaban otros sponsors; citas que, por el momento, no han vuelto a dar señales de vida.

A nivel autonómico, todos recordamos el Socarrat de Xátiva, el Mimed en Mislata, los 10DB en Burjassot, el Roscopop en L´Alcudia, el AM de Alginet.. También en Castellón aparecieron el Foc&Sound en Moncofar, Cool Music Festival en Burriana (sí, donde ahora se celebra el Arenal Sound) o Petit Festival en Vall d´Uxó. Y así florecieron por toda nuestra comunidad los festivales cuyo presupuesto, en aquella época, se podía sufragar a cargo del erario público. Entonces todo era cultura.

Recuerdo aquel concierto de Love Of Lesbian en el Picanya Rock (en 2007, cuando aún no eran tan populares), ante no más de un centenar de personas. Porque el público también tiene su parte de culpa en esto, debe darse cuenta que lo gratuito tenía su truco, que por la cultura y el riesgo se paga. Ahora que el grifo se ha cerrado, a causa de la crisis, ahora que el IVA ahoga a artistas y promotores, nadie apuesta por la música, excepto algunas asociaciones o grupos de aficionados que intentan arañar algún euro a su ayuntamiento para poder realizar algún pequeño acto heroico.

Por lo pronto continúa el FRA de Alaquàs, con diecinueve años a sus espaldas, y a pesar de quedarse un año en barbecho. El festival (que en su día trajo a grupos punteros a nivel internacional como Yo La Tengo, Mogwai o Mercury Rev) ha tenido que reducir su presupuesto drásticamente y, en consecuencia, españolizar su cartel. Pero sigue adelante con decencia, coherencia y calidad; cosa que otros ayuntamientos no han querido o no han sabido gestionar. Ese es el camino a seguir si queremos recuperar los buenos directos y la música a nivel popular.

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