Tocados por el indie folkSergio F. Fernández 1 junio, 2013 Esta semana ha sido un superventas en las listas digitales de descargas autorizadas el tema “Home” de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros. Probablemente su nombre no les suene mucho o nada, pero sí que les sonará algo más la canción si le digo que es la que lleva el nuevo anuncio de la marca de coches Peugeot, un delicioso tema que narra el regreso a casa cuando estás embelesado por el amor al estilo indie folk. La pieza coincide en nombre con otra de los ya archiconocidos Mumford & Sons, pero en su lugar su “Home” es una balada que permite el lucimiento de su frontman Marcus Mumford. Estos dos ejemplos sirven para trazar la línea trasatlántica entre EEUU y Reino Unido que en los últimos años han dado al indie un nuevo motor de éxitos y venta gracias al resurgir en popularidad del fenómeno folk. Mumford & Sons encabeza la primera categoría de el nuevo indie folk, ejemplo de pureza del folclore de la primera mitad de S. XX en la profundidad de los Estados Unidos donde las desigualdades solo se olvidaban al volver del trabajo en los campos y coger el banjo. Lo verdaderamente excepcional es que los chicos de Mumford son de Londres, la capital más europea de todo este perverso continente. ¿Entonces cómo es posible que unos buenos chavales de West London terminen regalándose mandolinas por navidad? La culpa solo la tiene la Creedence. Por supuesto que Creedence Clearwater Revival nunca tocaron la mandolina ni falta que les hacía y ya les gustaría a Mumford & Sons poseer la mala ostia rocker que tenían los Fogerty pero en posee los británicos tienen como referencia a la CCR y los gallitos de Marcus intentando imitar a John Fogerty son excesivamente evidentes. Así la máxima que se le da a cualquier grupo cuando todo está empezando y no encuentra su estilo sigue siendo muy válida: “si todo falla sigue a la Creedence”. En la misma línea de tirantes, pequeños sombreros con cinta y vestidos anchos de verano para ellas están The Lumineers y su pelotazo “Ho Hey” que ha llegado a todo el globo gracias a la película “El lado bueno de las cosas”. Eso sí, estos tienen el pretexto que son de Denver, Colorado, donde por lo visto regalan banjos con las cajas de galletas. Aquí ya se percibe una pequeña modificación del esquema anterior ya que al dueto de guitarra y batería se le añade el violonchelo y los coros de Neyla Pekarek, tan característico de las tierras pantanosas de Luisiana. ISLANDIA, QUÉ BONITA ERES Por lo visto no todo en la fría Islandia es Sigur Rós y pese a hablar de uno de los países más diminutos de Europa, no alcanzan los 400.000 habitantes, son capaces de situar más bandas de pop a nivel internacional que España e Italia juntas. El último fenómeno islandés se llama Of monsters and Men y su «Little talks” también ha servido de gancho para decenas de campañas publicitarias. Además, y cómo en el caso de todas las bandas antes mencionadas, han conseguido hacer que sus sencillos suenen no solo en los circuitos alternativos, sino en todas las radiofórmulas planetarias, siendo remezclados por los peces más gordos de la música electrónica. Hace cinco años esto era impensable hablando de bandas y artistas como Jeff Buckley, Beirut, Devendra Banhart o Bon Iver que eran y siguen siendo números uno en las listas indies pero jamás pudieron dar el gran salto al circuito comercial como lo han hecho Mumford & Sons llegando a colgar el “no hay billetes” ante 10.000 personas en Madrid y Barcelona. Así que se ha pasado del éxito entendido como la aparición de Beck en Futurama a la contingencia de Mumford & Sons de ganar el Grammy del álbum del año por delante de unos genuinos rock-stars como son The Black Keys o Jack White. Regresando a Of monsters and Men se entiende como la evolución lógica al cruce entre el art rock de Arcade Fire y el ramalazo más folk rock de Wilco, siempre manteniendo en el horizonte a Sigur Rós cómo objetivo. Cuando el mercado está deseoso de nuevos movimientos y la heterogeneidad ya es insuperable únicamente queda la opción de volver a los orígenes y dado que en la historia reciente de la música los ingleses proponen y los americanos distribuyen nunca se debe descartar ninguna opción por remota que parezca. EL DULCE REGRESO AL HOGAR Volviendo por donde he empezado y ya que no me puedo quitar el silbidito de “Home” de la cabeza de Edward Sharpe and the Magnetic Zeros estos tienen una estética mucho más cercana al rock sureño de The Black Crowes pero añadiendo una voz femenina a la cuasi perfecta ecuación. En un mundo globalizado en el que medio planeta debería poder votar en las elecciones a la presidencia de los EEUU, donde la batalla del Álamo es más conocida que la Guerra de la independencia española, y en un punto en el que ya celebramos más el día de Halloween que la Pascua cristiana es correcto, y casi deseable, que los jóvenes indies de todo occidente adopten las música tradicional norteamericana cómo si fuera la suya propia. Parafraseando el estribillo de la famosa canción de Edward Sharpe and the Magnetic Zeros: “Home, let me go home. Home is wherever I’m with you”. Da igual en que parte del mundo, da igual en qué condiciones, lo importante es sentirse indie tocando folk. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.