Me entero por el Facebook que el productor Thomas Erdelyi, más conocido como Tommy Ramone ha muerto de cáncer a los 65 años. Finalmente el círculo se ha cerrado y los cuatro miembros fundadores de uno de los 10 grupos más influyentes de la historia del rock -¿o era uno de los 5?, no estoy seguro- descansan por fin en paz. A más de un fan le apenará saber que ninguno de ellos ha sido enterrado en el cementerio de animales, pese a que Ramones fueron en vida auténticos r'n'r animals con permiso de su paisano Lou Reed.

Ramones se formaron en 1974 y se disolvieron en 1996, Tommy lo dejo en 1978 así que para ser justos, su sustituto Marky Ramone sería por pleno derecho el último Ramone vivo. No obstante Tommy tuvo el privilegio de asistir a los años más efervescentes de la banda, el lanzamiento de esa catedral del punk rock que fue su álbum debut en el 76, su participación en Rocket to Russia, el mejor LP de Ramones producido por el propio Tommy -nunca sonarían mejor. Y por último el colofón, el directo It's Alive del 78 que recoge de primera mano la gloria de Ramones en estado puro, como a ellos les gustaba.

Leo en la Wikipedia, aunque creo que ya lo sabía pero lo había olvidado, que Tommy compuso el inmortal Blitzkrieg Bop, mérito suficiente para palmarla con merecidos honores. También leo que de los cuatro, el más normal en términos de salud mental era él, lo que explicaría que lo dejara antes de quemarse de indignación en la carretera.

Tras su marcha las cosas ya no serían igual. La autoría de los temas ya no volvió a atribuirse a toda la banda, sino a los compositores originales –Dee Dee y Joey respectivamente. La decadencia de esa moda incómoda y fugaz que fue el punk, dio paso a un desfile de productores que no supieron comprender el espíritu de la banda, tal vez por culpa de los propios Ramones que veían impotentes cómo el éxito masivo que tanto ansiaban se les escapaba una y otra vez de entre los dedos. Y cómo no, una colección de discos cada vez más monótonos y mediocres, con algunas joyas escondidas como no podía ser de otra manera, que fueron salpicando sin desfigurar significativamente su repertorio clásico.

Es curioso que desde hace ya unos años y gracias a las tiendas Inditex, no es difícil ver a cualquier garrulo indocumentado luciendo camisetas de Ramones por doquier. Quién sabe, igual ésta es la fama que les llega, por goteo y de forma inesperada, aunque no por su música, que supongo les hubiera gustado más. Sea como fuere, ¡larga vida a los Ramones! Gabba gabba hey!

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