La radio. Eterna transmisión de guerra, amor e información.

El sonido con el que millones se levantan cada mañana. Ese voz que hace más apacible la cotidianidad.

Y sin lugar a duda uno de los mejores campos de cultivo del sector informativo.

La radio sigue siendo el hermano mayor que se hizo viejo demasiado pronto, casi antes de haber demostrado todo su potencial. Al año se cierran más emisoras de radio de las que se abren, pero que su carácter autónomo desde sus primeros días de creación sigue sobreviviendo entre los pocos recovecos que el cine, la literatura y la televisión le concede. Ese gran recoveco hoy en día es internet, el espacio donde toda una nueva generación está aprendiendo día a día a hacer radio.

El Día Mundial de la Radio, promovido por la UNESCO, se celebra todos los años el 13 de febrero. Este año va dedicado especialmente a la juventud: «Los jóvenes productores o difusores son aún poco numerosos. Escasean también los programas dedicados a la juventud y las emisiones elaboradas por jóvenes. Este déficit explica los numerosos estereotipos sobre los jóvenes que circulan en los contenidos editoriales y en las ondas», ha señalado Irina Bokova, directora general de la Unesco, tras recordar que la radio «ofrece medios para el cambio».

Sientan la radio y consuman mucha radio. Sus oídos se lo agradecerán.

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