El cambio generacional por fin ha llegado. Si artistas como Alice Wonder están empezando a dar sus primeros pasos profesionales con la seguridad insultante con la que ella lo está haciendo a sus 19 años, lo mejor será que la gente de la vieja guardia pliegue velas y recoja el equipo para irse a casa. O todo lo contrario, que se relaje y disfrute con la satisfacción de que las nuevas generaciones están haciendo bien su trabajo, y que en ese sentido tenemos las espaldas bien cubiertas. Es ley de vida, siempre van a aparecer jóvenes ávidos de asomar la cabeza con mil ideas fluyendo como un torrente, dispuestos a pasarnos por encima.

Firekid (Infarto Producciones / BMG) es el disco debut de Alice Wonder, una auténtica supernova que está poniendo voz a toda una generación que aún en el mar de dudas acorde con su edad, posee un talento innato dispuesto a abrasar el mundo. No deja de asombrar la madurez con la que Alice ha encarado su puesta de largo, la claridad del mensaje que ha querido transmitir, así como el cruce de caminos musicales por el que transcurren las once canciones que componen este álbum. Con un título además muy cercano a Alice Wonder, pues nace de la influencia de sus amigos y de sus experiencias, Firekid habla sobre ese talento que explosiona dentro de alguien, que le incendia, para salir de su crisálida adolescente con la majestuosidad de aquel al que le pueden las ganas de comerse el mundo.

Sinceramente, tanto recorrido para su juventud es inexplicable y debería asustar. O no tanto si atendemos a su breve biografía. Criada en el castizo barrio de Chamberí con el colegio enfrente de su casa, convierte la habitación de su casa en un lugar de recreo para evadirse con sus juguetes, los instrumentos de sus padres músicos, convirtiendo así su refugio en una pequeña isla dentro de su bullicioso barrio. Armada con su piano y su guitarra, aprende en un entorno donde la música siempre está presente (su padre es batería profesional, su madre canta) los entresijos de los sonidos de raíz que aparecerán más adelante en sus canciones, esa influencia está centrada en el jazz, el blues, y sobre todo el soul en el que su voz profunda se enfunda como un guante. Con los discos de su hermana mayor llegó el amor por esa nueva hornada de indie rock de final de los noventa, y es en esa fusión sonora donde encuadra lo que ella denomina lo que hace, una música emocional, la única que le interesa, la que llega directa al corazón. 

Con una producción muy cuidada, un sonido que tiende a lo internacional, con un concepto muy abierto y evocador de diferentes pasajes, el disco muestra a Alice contemporánea pero a la vez también eterna. Porque junto a su productor el maestro Ángel Luján (Vetusta Morla, Xoel López), y con el siempre presente y cósmico Martí Perarnau (Mucho, The Sunday Drivers) y el ecléctico y experimental productor de rap y electrónica David Unison a las baterías (The Cabriolets…) ha formado un equipo que transita entre el indie, la electrónica, el folk, el soul y la música de raíz con una madurez y eclecticismo brillantes. La primera parte del disco, gracias a canciones como «Clean Up The Mess», «Strategy», «Washover» o «Playgame», podemos ver a una cantante multifacética y muy actual. Composiciones que aparecen hacia el final como «The World is Changing (Me)», «Fire on My Hands», «Who Dou You Think I Am» o «Bajo la piel» desnudan a la letrista haciéndola atemporal, deliciosamente capaz de sostener una canción con su voz y muy pocos arreglos. Otras como «I Don’t Know How», «High Tree City» o «Too Mad» tienen ese punto de intensidad contenida que hacen de Alice Wonder una artista única. 

Fecha: Sábado 1 de febrero 2020

Hora: Apertura puertas: 22:30h.

Lugar: Loco Club. Calle Erudito Orellana 12. Valencia.

Anticipadas:

Anticipada: 12€ en Wegow: https://bit.ly/2mleW0D

Taquilla: 15€

Test Atómico: Alice Wonder

 

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