Desde que Salvador Illa, ministro de Sanidad, anunció el cierre de discotecas, bares de copas y salas de conciertos el pasado mes de agosto tras convocar una reunión extraordinaria con las comunidades autónomas, las salas se encuentran en su peor momento. Tras seis meses de cierre acarreando con gastos de hipoteca, impuestos, cuotas, suministros y empleados en ERTE, y viendo como las fechas que tenían cerradas con los artistas desfilan por el calendario, España es testigo de la mayor crisis cultural de los últimos años.

El último varapalo ha venido dado por parte de la consellera de Sanidad, Ana Barceló, que aseguró en la rueda de prensa del pasado viernes día 16, que la Comunidad Valenciana prorrogará el cierre del ocio nocturno y además priorizará el consumo en mesa en bares y restaurantes, pudiéndose habilitar zonas delimitadas en las barras con grupos de hasta 4 personas y manteniendo la distancia de seguridad requerida. Además, pese a tener esta prórroga una vigencia de 14 días, la consellera aseguró que las medidas se mantendrían hasta que el Consejo Interterritorial lo considerase.

Las distintas asociaciones denuncian la estigmatización que sufren las salas de conciertos del estado a la hora de llevar a cabo su actividad. Ante la falta de una licencia específica, los locales han tenido que acogerse a distintas licencias recreativas o de hostelería y restauración para ganarse la vida. No obstante, a día de hoy el 85% de las salas de conciertos todavía permanecen con las puertas cerradas hasta nuevo aviso.

Desde València, la Asociación de Salas de Música en Directo de la Comunidad Valenciana, En Viu, reclama a la Generalitat soluciones para poder retomar la actividad del sector. Para ello, piden ser legislados con equidad respecto a las licencias ampliadas de la ley 14/2010 del 3 diciembre de espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos públicos; pues pese a estar reconocidas las salas de conciertos por el Instituto Valenciano de Cultura (IVC), dicha ley no las ampara.

“Las salas de València tenemos la licencia de ocio nocturno, si tuviésemos la de cafetería, sí nos dejarían abrir la barra” asegura Lorenzo Melero desde el Loco Clubsala en la que Johnny B Zero actuó hace dos semanas con aforo limitado, público sentado en sillas puestas estratégicamente para mantener distancias de seguridad, y con la barra cerrada. El próximo día 20 terminará la prórroga, pero aún se desconocen cuales van a ser las medidas que propondrá la Generalitat llegada la fecha. “No nos arriesgamos a hacer pronósticos porque hasta ahora, por desgracia, nos hemos equivocado siempre”.

El patrón se repite por todo el mapa. En Cataluña, donde el Govern se ha opuesto finalmente a la reapertura de discotecas y salas de conciertos, Carmen Zapata, gerente de la Associació de Sales de Concerts de Catalunya (Asacc), reclama que estos locales sean considerados como “cultura viva”.

Desde El Pumarejo en L’Hospitalet de LlobregatPau Balaguer nos cuenta que las ganancias económicas del local se han reducido de forma drástica en los últimos meses. “Lo que ingresamos nos da lo justo para pagar el alquiler y el mantenimiento del sitio, estamos trabajando de forma voluntaria”, y subraya la falta de comunicación que existe entre las salas y la Administración Pública, pues de haberla, sería mucho más fácil según él “replantear soluciones”.

Salas como la Zero en Tarragona aseguran estar trabajando para reubicar las fechas de los conciertos para que puedan realizarse en noviembre, pero la incertidumbre de no saber si eso va a poder ser posible, hace la tarea todavía más difícil. “El sector del espectáculo pide un rescate. Por nuestra parte solo podemos intentarlo, estamos aguantando la mecha como podemos. Por nosotros no será”, asegura Jordi Fosch desde la Sala Zero.

Cabe destacar que esta crisis de las salas, es también por consecuencia, la de muchos otros profesionales. Desde responsables de comunicación, empresas tiqueteras, fotógrafos y artistas, a técnicos de luz y sonido. Multitud de empleos se están viendo en su peor momento.

Pero no todo está perdido, en Madrid las salas de conciertos han sido declaradas “sector de interés especial” después de que la Asamblea de Madrid aprobase la Proposición No de Ley (PNL) llevada a cabo por el grupo parlamentario Unidas Podemos; contando con el apoyo del PP, Ciudadanos y PSOE; siendo Vox el único grupo parlamentario mostrándose en contra. Además, tanto PP como Ciudadanos propusieron otras enmiendas que también fueron aprobadas junto a esta.

Esto supone un salto gigantesco para conducir a estos locales a una situación más favorable, pues ahora las salas de música en vivo madrileñas podrán colaborar con las autoridades municipales para eliminar trabas burocráticas y administrativas que dificulten su actividad, se establecerán líneas de crédito flexible y subvenciones o ayudas para afrontar los gastos de mayor importancia, eso sí, siempre manteniendo todas las medidas de seguridad estipuladas. También contarán con la colaboración de Radio Televisión Madrid, que ofrecerá información sobre las actividades de las salas de conciertos madrileñas. Finalmente, se le insta al Ministerio de Cultura y Deporte, al Ayuntamiento de Madrid y a la Concejalía de Cultura y Turismo, que lleven a cabo ayudas de financiación anual dirigidas a las salas.

En la Sala El Sol de Madrid, local que ha permanecido cerrado desde el 12 de marzo, insisten en que estos locales son la base del sector cultural, y recalcan que estos espacios constituyen el hábitat natural de todos los artistas nacionales. Dicen necesitar medidas estandarizadas para reanudar su actividad con cierta continuidad en el tiempo, y ponen en valor la gran capacidad de adaptabilidad que ha presentado el sector. “Somos creativos y no hemos parado de inventarnos soluciones para mantener la máquina en movimiento”, declara Mar Rojo, de la Sala El Sol. Ahora la pelota está en el otro tejado.

El gobierno no se ha pronunciado todavía respecto a las posibles ayudas que se puedan brindar a los locales del resto de comunidades autónomas. Dura realidad que choca con la de otros países como Inglaterra, en la que el gobierno británico donará 3’6 millones de libras para salvar a este sector del colapso económico.

Un reportaje de Sergio Calvo Vilaplana 

Diseño de las imágenes de @mar_aka 

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