Casi 15 años han transcurrido desde la primera vez que vi en directo a Kevin Johansen (Fairbanks, Alaska, 1964). Fue aquí mismo, en la sala Moon -por aquellos días sala Roxy-,  donde desplegó un arsenal de canciones y ritmos, un dominio escénico y un saber hacer que me cautivó para siempre.

Anoche se presentó de nuevo en nuestra ciudad con un formato de banda más reducido y con nuevo disco bajo el brazo: ‘Mis Américas’ (Ariola Records, 2016); un álbum que recorre América a través de canciones y sonoridades propias de cada región, que empapa cada nota y acorde de esa raíz y esa vanguardia tan presente en la propia idiosincrasia del cantante.

Y es que Johansen practica todos los palos: folk, cumbia, candombe, tango, soul, rock, samba… y todo bien filtrado por su personal mezcla de humor, ironía, sarcasmo, autoparodia, y mucha clase. Johansen no se dejó nada en el tintero para una noche perfecta. Tras la presentación de sus nuevas composiciones, tiró de clásicos de su repertorio como “En mi cabeza”, “Sur o no sur”, “Guacamole” o  “No voy a ser yo”o la fantástica “Cumbiera intelectual”(escrita tras un encuentro fortuito con Jane Birkin), que hicieron bailar a toda la sala abajo y arriba del escenario, que se convirtió en una pasarela para que el público compartiera de manera directa la fiesta del folclore intelectual.

Así que durante casi dos horas de show viajamos sin movernos del sitio por toda la América que Johansen tiene en su cabeza y en su corazón, un mapa sonoro fiel y representativo del canto popular más ancestral y por el que David Byrne sentiría total devoción. Personalmente, experimenté un reencuentro amoroso con uno de los artistas más personales e intransferibles de la música actual. La caravana de ritmos sigue adelante. Murcia es su próxima parada. Larga vida.

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.