Diez días han pasado desde la publicación por parte de The New York Times y The New Yorker sobre una serie de abusos sexuales cometidos por el productor estadounidense Harvey Weinstein hacia actrices, modelos y personalidades de Hollywood en los últimos treinta años.

La repercusión de este caso no sería tan mediática de no ser por la jerarquía profesional y política de su protagonista. Además de ser pieza clave en el resurgimiento del cine independiente estadounidense a finales de los 80´s y comienzos de los 90´s, impulsando las carreras de pesos pesados como Quentin Tarantino y Steven Soderbergh, Weinstein es una de las personalidades que más dinero ha donado y ayudado a recaudar al partido demócrata estadounidense en los últimos años, alcanzando un poder de influencia que usaba para hacer o deshacer la carrera de sus víctimas, entre ellas actrices como Angelina Jolie, Ashley Judd, Gwyneth Paltrow, Mira Sorvino, Rossanna Arquette, Asia Argento y Rose McGowan, siendo el caso de esta última el más sonado al sufrir la sorpresiva suspensión de su cuenta de twitter luego de expresarse sobre el tema, generando la protesta de sus seguidores y amigos, quienes en su apoyo crearon el hashtag #WomenBoycottTwitter.

McGowan, quien en 1997 recibió 1000.000 dólares a cambio de no denunciar a Weinstein por el acoso sufrido mientras compartían escenarios, ha declarado que la razón del acuerdo fue por sentirse completamente indefensa frente a quien, en ese entonces, era considerado uno de los hombres más poderosos del cine mundial. Asimismo, ha expuesto a colegas de profesión como Ben Affleck, Matt Damon y al fundador y director de Amazon, Jeff Bezos, aduciendo que conocían los abusos, pero optaban por guardar silencio al respecto.

Caso contrario ha sido el de intérpretes de la talla de Tom Hanks, George Clooney y Meryl Streep. El múltiple ganador del Oscar por ‘Philadelphia’ (1993) y ‘Forrest Gump’ (1994), ha declarado que “nunca conoció a Harvey, pero que todo parece tener encajar en su contra”. Por su parte, Clooney, en una entrevista concedida a Daily Beast, declaró que conoce a Harvey Weinstein desde hace más de veinte años, pero que jamás observó un comportamiento semejante en él. Compartiendo el desconocimiento sobre los hechos, Meryl Streep, quien ganó su último Oscar en colaboración con Weinstein, escribió en Huffington Post que su actitud ha sido “injustificable” pero que “su abuso de poder era algo bastante común”.

Destituido de la empresa que cofundó junto a su hermano Bob, The Weinstein Company, y abandonado por su familia y colegas más cercanos, las acusaciones en contra de Harvey Weinstein no han hecho más que evidenciar prácticas tan comunes como grotescas de una industria cuya podrida realidad va cogiendo tintes de la más escandalosa y taquillera ficción.

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