Grupo: Bilbao BBK Live
Sala: Bilbao

Cubrir la distancia entre Madrid y Bilbao un sábado por la tarde para disfrutar de Lenny Kravitz y R.E.M. puede parecer una locura, pero merece la pena. Además pasar de un calor de 36º en la capital a los 16º y chirimiri vizcaíno incluido, no tiene precio alguno. Bueno sí, el de una pulmonía.

El viernes había actuado, entre otros, The Police con afluencia masiva de público, pero el sábado 28.121 espectadores desafiaron a la lluvia y subieron a Kobetamendi a lomos de los multitudinarios autobuses puestos por la organización a pies de San Mamés, Catedral del fútbol. Si según las crónicas la primera jornada tuvo un flojo arranque, en la segunda todos los grupos brillaron y Lenny Kravitz fue capaz de disputar el protagonismo a R.E.M., cabeza de cartel.

El rockero neoyorquino salió ataviado con todo tipo de complementos invernales, gorro, bufanda, jersey largo, botas y todo ello aderezado con sus ya clásicas gafas de sol.

Actuación sobresaliente al frente de una banda espectacular completada por una sección de metal, entre los que destacaba el saxo, siempre al límite de la asfixia. El bueno de Lenny es sabedor de que es más un artista de singles que de álbumes completos, y de ese modo entró de lleno al público y le brindó varios de sus clásicos particulares: Always on the run, la sensual It ain't over till it's over, American woman, Fly away y Are you gonna go my way. Con un amplio elenco de estilos, provocó bailes, arrumacos y emociones sirviéndose de funk, rock and roll, y ritmos trasladables a la discoteca. Se atrevió con el piano de cola e incluso a bajar del escenario para estrechar manos y enloquecer a sus seguidores y seguidoras. Excelente sonido durante hora y media de actuación llamando a la «revolución del amor».

Durante 50 minutos de espera al grupo de Michael Stipe y Peter Back, el recinto se fue convirtiendo en un auténtico barr Izal, y es que no te enteras de lo que es el chirimiri hasta que estás 4 horas bajo la fina lluvia norteña.

Casi a medianoche, Michael comenzó el concierto megáfono en mano y entonando Orange crush bajo el aguacero y dispuesto a agradar. Stipe lo dejó clarito: “vosotros preocupaos de mojaros que nosotros nos preocuparemos de hacer bueno música”.

La velada tardó en enganchar, y es que más de una tercera parte del repertorio se reservó a «Acelérate». Sonaron What's the frecuency, Kenneth?, Get up, la solemne Drive, The one I love, Leaving New York y la reciente Hollow man . El bueno de Stipe recordó que ya había cantado antes en Bilbao y se puso al cuello una camiseta del Athletic para hacer la tanda de bises, compuesta por Supernatural superserious, Losing my religion, Imitation of life y Man on the moon.

Fin de fiesta y rumbo a la carpa para así conceder una merecida tregua en la dura lucha contra la humedad. Allí esperaba la actuación de los que han sido todo un descubrimiento para mí, The Blows, unos chicos gallegos y modernos que presentaban «Upskirt» (Pupilo Records, 2008). Si hubiera que hacer odiosas comparaciones serían una mezcla entre Franz Ferdinand, The Strokes e Interpol, estilo e imagen incluidos. Con las guitarras como protagonistas The Blows se van a convertir en una de las sensaciones del año. Engancharon desde la prueba de sonido realizada entre las actuaciones principales del festival, llegando a enganchar al público con tan solo dos guitarras y más tarde, tras petición popular, con un par de temas al completo (batería+bajo), hasta que les echaron educadamente y emplazaron a su hora oficial, después del concierto de Prodigy. Y fue memorable.

www.myspace.com/theblows

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