Distintas caras de la moneda popQuique Medina 27 abril, 2007 Grupo: La Habitación Roja+Sr. ChinarroSala: Heineken Greenspace Viernes tarde. Las ocupaciones y problemas laborales ya eran historia. Apetecía una cerveza y la agenda musical parecía estaba de nuestra parte: La Habitación Roja + Sr. Chinarro, ¡qué bien! Era en el Greenspace y eso, en cuestiones de sonido, no auguraba un buen presagio; es sabido, que aunque mejorando (cada día ponen el escenario en un sitio), el viejo almacén de grano portuario es, por el momento, más atractivo estéticamente que por cuestiones sónicas. Pero bueno, que allí era y allá que fuimos (plural mayestático, ya saben). LHR jugaban en casa y ocuparon, sin discusión, el segundo lugar. Así que era el momento de ver en marcha las nuevas canciones de Antonio Luque y los suyos, que había ganas. Con su nulo desparpajo y más soso que la una, el genial sevillano se plantó, con una camisa también horrenda, ante el público de Valencia y disparó, sin respiro el primer corte de “El mundo según…”: “Esplendor en la hierba”. Y fue, éste, su último Lp, como era de esperar, el máximo protagonista de una actuación que duró hora y media en su justa medida. “G.G. Peningstone”, “La decoración, “No dispares”, “Del montón” o “Gitana” fueron gratos ejemplos de lo que narro y reflejos de un disco que no tiene desperdicio ninguno. Pero no sólo de “El mundo según…” viven Chinarro y sus seguidores y así se pudieron escuchar temas como “Quiromántico”, “Dos besugos”, “El cabo de trafalgar” o “El rayo verde” que dieron empaque a una faena bien hecha pero que no mereció la puerta grande por falta. yo que sé, de eso que llaman magia. El sonido, al que antes temíamos, fue adecuado y Antonio Luque- y como ahora se le entiende- estuvo afinado y exquisito incluso en su interpretación. A la buena marcha del concierto contribuyeron los restantes de Sr. Chinarro; el bajo de Javier Vega, los golpes de Pablo Cabra y la Telecaster del guitarrista son necesarios aperos para la sutil y perfecta melodía en que se convierte la música en manos de este grupo. La Habitación Roja también venía a presentar nuevos temas en directo y, además, lo hacía en exclusiva para sus vecinos valencianos. La escucha de “Cuando ya no quede nada” planteaba algunas dudas que el directo debía responder. Pronto fueron subsanadas por medio de una potente y pegadiza “La vida moderna” a la que, además, tuvieron el detalle y acierto de solapar “Largometraje” para deleite de un respetable que, aunque se notaba que ya se había descargado el disco por internet, agradecía y coreaba las canciones más añejas de la banda. Las canciones del nuevo ejemplar de LHR son carne de directo y así lo demostraron las roqueras “Paris ardiendo”, “Esta no será otra canción de amor” o “No hay dinero”; “Los amantes y la paz” o la canción que bautiza al álbum, más pausadas, no tuvieron desperdicio y marcaron imborrables momentos de la actuación. La herencia y el nuevo camino que marcó “Nuevos tiempos”, tan patente en el disco, trascendió también al directo y a la propia “Nuevos tiempos”, la acompañaron “Nunca ganaremos el mundial”, “El eje del mal”, “Scandinavia o “Van a por nosotros” para reafirmar que son composiciones que les encanta interpretar. Pero claro, son La Habitación Roja y estaban en casa, así que el repertorio conocido se entremezcló con lo nuevo y los de abajo se deshacían en afonía cuando cortes como “Crónico”, “Mi habitación”, “La edad de oro” o, y sobre todo, “Dices que no” aparecían en escena. La excéntrica y divertida entrega de los de L´Eliana, como siempre, chocó frontalmente con la pasividad que anteriormente había mostrado Sr. Chinarro- no confundir nunca con que una actuación fue mejor que la otra, cada uno a su rollo-. El sonido fue más cruel con el cuarteto valenciano que con el Sevillano y es cierto que, por momentos, no respetaba el buen tono que LHR siempre dan a sus directos. Aún así y con los recursos que otorga la experiencia se plantaron en las casi dos horas de actuación que adornaron, además, con la presentación en sociedad- “once años les ha costado”, decían- del disco en formato vinilo. Y es que como bien dijo Pau Roca: “No es comparable un Whoper con un plato de paella”. Después todos a la Velvet a mover el esqueleto y a celebrar simplemente eso: que era viernes y las preocupaciones eran, al menos hasta el domingo, historia. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.