Grupo: Sonorama
Sala: Festival Sonorama

El Sonorama vivió en su segunda jornada un aumento de asistentes, testigos de una mezcla de sorpresas y decepciones. La fuerte apuesta por el mundo del pop-rock español hizo que la actuación del grupo galés Los Campesinos!, la primera actuación internacional del festival, se viese fuera de contexto, y sus letras adolescentes nos decepcionaron. También nos fallaron Sexy Sadie. El gran éxito recayó sobre las actuaciones de Niños Mutantes y sobre todo del cantautor Iván Ferreiro, con quienes los asistentes pudieron corear hasta dejarse la voz. Pero no fueron los únicos destacados.

Da gusto empezar con una alegría, y ésta vino en la jornada de ayer de la mano de Bigott. Su cantante hizo que el folk rock de la banda zaragozana diese de sí todo lo posible. Compartió cigarrillos con el público, convulsionó entre canción y canción y nos sorprendió con unos cuanto menos provocativos contoneos que le llevaron a un semi-«striptis». Incluso se atrevió a lucir el sujetador que una fan le lanzó. Toda una inyección de ánimo para el todavía escaso público que rondaba el recinto en su apertura.

Fue difícil para Tachenko sorprender al público tras esta actuación, y no lo hicieron. Así que mejor fue ir a esperar a una de las promesas de la noche, Los Campesinos!, mientras de fondo Tachenko daban fin al concierto con su versión del «Mediterráneo» de Serrat.

La sorpresa al ver tomar a los ocho miembros de la banda galesa el escenario, con todo su ejército de instrumentos (un violín, dos xilófonos, dos teclados, flauta travesera y sintetizador entre otros) fue más bien efímera. Los Campesinos! se sumieron tras la segunda canción en una actuación monótona que como mucho hizo bailar al público durante el primer cuarto de cada canción. Remontaron al final de la actuación, con temas esperados como «You! Me! Dancing!» o «The Sea is a Good Place to Think of the Future». Todo un detalle por parte del cantante Gareth bajar del escenario e incluso saltar la valla para cantar y bailar junto al público.

Algo decepcionados por esta actuación, muchos de los asistentes no dudaron en mudarse al escenario Ribera para esperar el concierto de Niños Mutantes. Así que al finalizar los galeses nos plantamos ante un escenario en el que se respiraba expectación por todas partes. Los granadinos ya han debutado en el Sonorama, y no tuvieron problemas en volver a conquistar al público. Los asistentes se levantaron al grito de «son días complicados«, y aplaudieron cada canción de la banda. En una noche en la que parece que se estilaron los clásicos de la música española, los granadinos versionaron un «Como yo te amo» de Rocio Jurado. Y para despedirse, no dudaron en subir a gente del público que les ayudase a despedirse con el tema «La Voz».

Con esa banda sonora de fondo nos dirigimos a estrenar la Carpa Future Stars, con la actuación de Guadalupe Plata. La carpa repleta de gente y el ambiente cargado ofrecía el ambiente perfecto para disfrutar de la música llena de blues y country del conjunto, que rompió la homogeneidad musical que se vivió en las otros escenarios. La banda nos hizo sudar y bailar. Y se agradeció.

De vuelta al escenario Heineken, viajamos a los noventa con Sexy Sadie, que vuelven a los escenario tras cinco años de ausencia musical. Y de nuevo este escenario nos decepciona. Los madrileños prepararon un repertorio que apenas pudieron disfrutar sus más fieles seguidores, ante una amplia mayoría que tan sólo presenció una actuación monótona, estática, y capaz de transformar cualquier canción de rock en prácticamente una balada.

Por suerte, el éxito llegó al escenario. Introducido por la sintonía de la 20th Century Fox, seguida de la melodía de Expediente X (¿un guiño a su último disco Picnic Extraterrestre?), tomó el escenario Iván Ferreiro (en la foto). Directo al piano, comenzó con «Paraisos perdidos», y con ello comenzó también la verborrea en el público, que acompañó todas y cada una de las canciones. El concierto llegó a lo más alto con «Turnedo», en la que el líder de Los Piratas pudo prescindir prácticamente de cantar. El cantautor gallego estuvo pletórico en el escenario, combinando su labor al piano con paseos en primera fila del escenario, e hizo que el público se moviese con temas como «Farenheit 451» o una versión exaltada de «Ciudadano A». Contó con un auditorio excepcional que según la organización rondó las 8.000 personas (Sois un montón, ¿sabéis?) y no ahorró en agradecimientos y elogios tanto para el público como para el Sonorama.

Esta noche le volvemos a ver junto a La Orquesta Poligonera, ese peculiar conjunto que ha surgido de la unión entre el cantautor, Coque Malla y los chicos de Lori Meyers. Pero no son lo único que nos apuntamos a la agenda. La Habitación Roja, El Guincho o Supersubmarina también llenan en la última jornada, la del sábado, los escenarios, y estaremos allí para contarlo.

Crónica facilitada por el blog Daisies of the Galaxy.

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