The Mission + Gene Loves Jezebel: Regreso a los 80

Grupo: The Mission + Gene Loves Jezebel
Sala: Sala Mirror

Noche mágica. Se podían oler los ochentas en todos los rincones de la sala Mirror, como si el tiempo se hubiera detenido 25 años, los mismos que han servido de excusa para la reunión del trío original de The Misión: Wayne Hussey, Simon Hinkler y Craig Adams; todos excepto el batería original Mick Brown (hay que recordar que Hussey disolvió el grupo en su anterior gira “Final Chapter”).

A Gene Loves Jezebel les tocó abrir la sesión, con una actitud mas rockera de lo que se les recordaba por estas tierras, aunque sus temas siempre han tenido un sentimiento pop. Se presentó Jay Aston como “los auténticos Gene Loves Jezebel”, ya que, tras su ruptura, hubo problemas con su hermano por el nombre de la banda y los jueces dictaminaron que Jay usara el nombre en UK y su hermano en USA. Interpretaron temas de su carrera como “Gorgeous” o “Break The Chain”, coronando su actuación con un medley en el que intercalaron, junto a “Heartache” y “White Horse”, el llenapistas que fue “Desire”, como plato fuerte de su actuación.

The Mission llenaron la sala de un público que rondaba los cuarenta en esa comunión especial que tienen con la ciudad, ya que no han faltado a ella en ninguna de sus giras desde sus míticos conciertos en Ku-Manises. Esa noche tocaba pues una sucesión de sus múltiples hits marca de la casa, abriendo con “Beyond The Pale”. Sin descanso orquestaron su repertorio de los ochenta, ninguna concesión al grupo en los noventa, con versiones mesuradas que solo se atrevieron a ampliarlas en “Wasteland”, “Butterfly On A Wheel”, “Like A Hurricane” (cover de Neil Young que los Mission han hecho suya), “Deliverance” (soberbia canción en directo) y en “Tower Of Strength”, con la que despidieron el concierto y la que mejor define el sonido oscuro del grupo.

Otra velada mítica de la banda que mantiene una profesionalidad intacta en el escenario y capaz de escupir un directo de guitarras limpio con el buen hacer de Simon Hinkler; sello inconfundible, con poses a la galería, como la actitud amenazante de Hussey en todo el directo o su pasión por el vino que degustó en el escenario.