El nuevo Rey de InglaterraSergio F. Fernández 1 febrero, 2014 En un panorama lleno de todo tipo de estrellas como en el que vivimos es difícil relucir lo suficiente como para ser el centro de atención y, además, no convertirse en uno de esos astros fugaces que vemos todos los años y después no vuelven a aparecer. Jake Bugg ha conseguido ser una de esas pocas estrellas permanentes que llaman la atención de la Galaxia entera y que no se descomponen tras gravitar durante una temporada alrededor del fatídico campo magnético de la Tierra. DEL NIÑO AL HOMBRE Con 17 años recién cumplidos Jake Bugg firmó su primer contrato con Mercury Records, una verdadera hazaña capaz de cambiar la vida de cualquiera y desde luego en el caso de Jake no fue menos. Tras telonear durante casi un año a bandas del calibre de The Stones Roses o The Killers, y de poder considerarse el ahijado de Noel Gallagher (llegando a acompañar a este en el Tour Noel Gallagher's High Flying Birds) en octubre del 2012 lanzó su primer disco, el cual lleva su propio nombre. Es sabido tanto en el show business como en el mundo del surf que cuando estás en la cresta de la ola y toda la playa está observando tu siguiente movimiento, no hay que dejar pasar las siguientes ondas o acabarás pagándolo muy caro. Así que el pasado verano Jake ya estaba en Malibú, en la casa y estudio de Rick Rubin para el que sería la continuación de Jake Bugg. Su segundo LP (salió a la venta el pasado mes de noviembre del 2013) lo ha titulado Shangri La, como se llama el estudio de Rubin, claro síntoma por segunda vez consecutiva que Jake Bugg no es de calentarse la cabeza, todo lo contrario: él es directo, directísimo, y puede contarte en menos de tres minutos una de esas historias que no vas a olvidar en toda la semana. Buen ejemplo de ello es “What Doesn't Kill You”, el primer single de Shangri La, donde en poco más de dos minutos Bugg te narra de forma apresurada una de esas historias que a él todavía no le ha tocado vivir, que es más propia de los hermanos, esas historias con cervezas, peleas de pub, narices rotas y amores perdidos. Todo en Jake Bugg es una carrera apresurada por aprender y absorber la vida de sus hermanos mayores en lo musical, los Miles Kane y Alex Turner que aventajan en casi diez años al pequeñajo de Bugg. Pero el enano de las eternas ojeras no tiene miedo, conoce las grandes virtudes de sus predecesores y en esta carrera de fondo en la que él trota como si fuera un plusmarquista de 200 metros no tiene miedo a las comparaciones. EL CORAZÓN DE SHERWOOD Nottingham es una ciudad de Inglaterra con más historia que media Europa junta en la que tienen un equipo de fútbol, el Nottingham Forest, en la League Championship (la 2ª división de España) bicampeón de la Champions League en el ’79 y ’80. Su incesante turismo se debe a una de las leyendas más globalizadas de la Edad Media, la que transcurrió en el Bosque de Sherwood con Robin Hood como protagonista. Pero ¿por qué les cuento todo esto? Pues porque Nottingham además de ser la autoridad unitaria (capital de comunidad autónoma en España) en la región de East Midlands es la ciudad en la que nació Jake Bugg un 28 de febrero del 1994. Nuestro protagonista no procede ni de la cosmopolis londinense ni de ninguna de las otras grandes ciudades, Jake Bugg es oriundo del corazón de Inglaterra, de esos lugares donde el tiempo pasa muy despacio para los jóvenes sin futuro, historias que narra con maestría como en “Messed Up Kids» que casi parece prestada por el mismísimo Emperador Lou Reed que en su gloria esté. No todo es mala hostia y pintas en el pub que van de sábado a sábado esperando al partido del Forest, Jake también fascina por su conocimiento del amor, o por su desconocimiento. Se exhibe como un hombre que sabe de los miedos de los hombres (“A song about love”, el tercer single Shangri La) o el de aquel que se siente perdido revisando el camino que ha elegido (“Me and you”), esta última con un tremendo aroma a los grandes singles de Elvis Costello, para algo le ayudo mano a mono en la creación de Shangri La. En unos días Jake cumple 20 añitos con dos discos a sus espaldas, un futuro brillante por delante y en lo más inmediato ya ha afirmado en varias entrevistas que ya está trabajando en su tercer disco. El pasado miércoles 19 de febrero se celebró la gala de entrega de los Brit Awards en la que Jake Bugg estaba nominado en la categoría de mejor artista masculino británico entre otros con James Blake, John Newman, Tom Odell o el mismísimo David Bowie, el que venció a todo la chavalería. Antes de ir a la gala Jake afirmó: “Es muy aburrido. Realmente no quiero ir a la gala, pero no tengo nada más que hacer”. Con un par. Hay un nuevo Rey en Inglaterra. ¡Larga vida al Rey! Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.