Javier RosaNotas Low 2018El décimo aniversario cumple con nota en un cartel en el que destaca el bloque y la experiencia de la organizaciónCynthia Cruz 2 agosto, 2018 Grupo: Varios artistasSala: Estadio Guillermo Amor (Benidorm) Es una sensación habitual empezar a sentir cierto desasosiego cuando se acercan los últimos días de julio, se empieza a vislumbrar, aún en la lejanía, el fin de un verano que siempre pasa demasiado rápido. Sin embargo, nosotros llevábamos esperándolo impacientemente desde hace ya unos meses, pues el último fin de semana de este mes no puede estar más que vinculado a la celebración de uno de los festivales nacionales más populares de la península, el Low Festival. «Se trata de una gran celebración donde lo principal es que los asistentes descubran nueva música, no dejen de saltar con algunos de sus favoritos y puedan compartirlo con sus propios cabezas de cartel» Mucho se ha especulado sobre la celebración de un décimo aniversario que quizá había creado demasiadas expectativas entre los asistentes, acostumbrados a ver en el cartel nombres como Pixies o The Libertines y a otros grandes de la escena internacional. No obstante, a pesar de ofrecer en esta ocasión una selección, quizá menos estruendosa en lo que respecta a acaparar grandes portadas, lo que es innegable es que el Low nos ha deslumbrado con su esencia más auténtica. Tras la apertura playera con la fiesta de bienvenida el jueves 26 y las aclamadas actuaciones de Joe Crepúsculo y Viva la Fetê, al siguiente día los lowers acudieron en masa a re-estrenar el Estadio Guillermo Amor, donde suele ubicarse el recinto del festival. Los primeros toques de gracia vinieron de la mano de dos grandes mujeres, Christina Rosenvinge, que hace muy poco pasó por el festival Corazonadas, y La Bien Querida, quien nos regaló una actuación muy especial junto a su banda y su inseparable compañero, David Rodríguez. Asimismo, por el escenario Matusalem desfilaron algunos de los clásicos del festival, como León Benavente y La Habitación Roja, muy deseados entre el público. Por otra parte, Iván Ferreiro y Phoenix fueron los encargados de hacer recaer la atención sobre el escenario principal. No obstante, uno de los focos más atractivos resultó ser el escenario Jägermeister, donde pudimos disfrutar de grupos tan punteros como Melenas, Alien Tango y tras un pequeño giro con los horarios, de Mujeres y La Plata, unos de los directos más entregados de la jornada. El día grande del festival y en el que acogió más afluencia fue el sábado, y no era para menos, teniendo en cuenta la espiral de emociones que se iba a vivir en el escenario principal. El descubrimiento que supusieron Vintage Trouble fue sólo el arranque, tras ellos llegaron los mitiquísimos Planetas, quienes no decepcionaron en absoluto. Antes de recuperar el aliento, empezaron a sonar los potentes acordes del trío escocés Biffy Clyro, que a pesar de estar muy cerca de conseguirlo, no lograron derrumbar el escenario antes de que se produjera la actuación que marcaría un antes y después en la historia del Low. Un espectacular montaje audiovisual y los grandes himnos de unos de los dúos más renombrados de la historia de la electrónica, The Chemical Brothers, fueron los encargados de llevar al público a la euforia más pura y absoluta, consolidando su fama, en absoluto inmerecida, como leyendas vivientes. Esta sucesión de momentos irrepetibles dejó, inevitablemente, en un segundo plano a los otros escenarios, donde pese a todo, ofrecieron grandes directos artistas de la talla de Novedades Carminha, Amatria, Bala o Escorpio. En la última jornada, el ambiente estuvo impregnado de cierta sensación de tranquilidad que resultaba reconfortante tras la intensidad del día anterior. De esta cuestión se encargaron profesionales del rock como Santiago Auserón y Sexy Sadie, así como Modelo de Respuesta Polar o el sonido folk de los estadounidenses Woods. En contraste se produjeron los últimos coletazos de furor con la locura de los murcianos Perro, la agradable extravagancia de Poolshake y el desenfreno cómico de los noruegos, Kakkmaddafakka dejando por las nubes el ocaso de esta edición. Al principio de este artículo hablábamos de la esencia Low. Un festival no es sólo un cartel imponente ni una cuestión de cifras, se trata de una gran celebración donde lo principal es que los asistentes descubran nueva música, no dejen de saltar con algunos de sus favoritos y puedan compartirlo con sus propios cabezas de cartel, aquellas personas con las que quieren desconectar unos días de la agotadora realidad. Si a todo esto le sumamos una gran atención tanto a nivel técnico como de comodidad, que permitieron que tanto el espacio como los 83.000 asistentes estuvieran cuidados y libres de cualquier tipo de incidencia durante todo el festival, podemos afirmar que el aniversario del Low Festival ha sido un éxito rotundo. Por Cynthia Cruz. Todas las fotos de la organización del Low 2018 (Javier Rosa). Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.